Este miércoles comenzaron las reuniones entre representantes de la Mesa Coordinadora del Pan y una contadora designada por la empresa La Vienesa, en el Ministerio de Trabajo, con el objetivo de definir la carga horaria que debería tener cada una de las ocho sucursales de la panificadora, cuánto venden por hora, cuál es la que menos vende y, en función de esos datos, reducir la carga horaria, definir el horario de atención al público y redistribuir al personal.La propuesta surgida por parte del sindicato fue aceptada por la empresa y busca enviar al seguro de paro a algunos trabajadores bajo un formato rotativo.
Días pasados, los trabajadores de La Vienesa habían advertido sobre el riesgo de cierre de la empresa y denunciaron que, durante varios meses, recibieron sus ingresos en cuotas, tanto el salario como el salario vacacional.
El sindicato reconoce que la firma atraviesa una crisis financiera importante y realizó algunos planteos que fueron aceptados por el propietario, dando inicio a una etapa de análisis de viabilidad de la firma.
En este sentido, Luis Echevarría y Miguel Rosales, presidente y secretario general de la Mesa Nacional Coordinadora del Pan, respectivamente, conversaron con el Portal del PIT-CNT sobre la situación de La Vienesa y el acuerdo alcanzado para evitar la pérdida de las fuentes laborales.
Echevarría expresó que se llevó a cabo una negociación tripartita en el Ministerio de Trabajo, en la que, en primer lugar, “se terminaron de pagar los sueldos del mes de marzo, de los cuales se debía la mitad, y se analizó cómo mantener los puestos de trabajo”.
“Ante la difícil situación financiera que atraviesa la empresa -que no se desconoce-, participó del encuentro una contadora designada por La Vienesa, quien trabajará en la reorganización de los locales. En medio de esta crisis financiera, se intentará reducir costos y analizar, local por local, las ventas y los horarios de mayor flujo, para poder llevar adelante una reestructuración y, quizás, pasar a trabajar entre seis y cuatro horas diarias”, explicó.
Echevarría destacó la “actitud abierta” de La Vienesa al momento de aportar información, algo que, según dijo, no es menor, ya que era un reclamo que venían haciendo desde hacía al menos cuatro meses. “Nos parece importante este cambio de actitud, y creemos que se debió a la movilización que llevó adelante la Mesa Nacional Coordinadora del Pan y a la exposición pública, que lo obligó”, afirmó.
También señaló que el propietario de La Vienesa es dueño de unas 80 panaderías, por lo que, en un principio, negó encontrarse en una situación de crisis para no quedar mal parado.
Por su parte, Miguel Rosales señaló que a casi ninguno de los trabajadores le gustaría ir al seguro de paro, ya que se cobra menos. Sin embargo, dadas las circunstancias de la empresa, los compañeros están de acuerdo.
“Por lo menos, con el seguro rotativo se garantiza una parte del sueldo, que hoy por hoy no se está percibiendo. Puede que se trabaje todo el mes en los puntos más fuertes de cada local: cuatro horas un trabajador, cuatro horas otro. Se divide. Vamos a eso, a preservar los puestos de trabajo, hasta que la empresa pueda sanear sus deudas, con los trabajadores y, principalmente, con los proveedores, que también están en una situación crítica, porque si no hay insumos, no se puede trabajar”, dijo.
Agregó que la idea es colaborar. “Siempre estamos dispuestos a colaborar, y si eso sirve para que, el día de mañana, se mantengan todos los puestos de trabajo, estamos abiertos”.
Respecto al comunicado de la Mesa del Pan, Rosales reconoció que fue objeto de fuertes cuestionamientos por parte de la empresa. “Se cuestionó mucho ese comunicado, dijeron que nos apresuramos, pero lo cierto es que ese comunicado logró que se revirtiera la situación. Vale aclararlo, nosotros salimos públicamente porque teníamos claro lo que estaba pasando, y lo ratificamos en la tripartita que se llevó a cabo este lunes, donde el propio empresario volvió a reconocer que la situación financiera de la empresa es endeble”.
Rosales recordó que la declaración pública de la Mesa del Pan se hizo en los primeros días de la Semana de Turismo. “En ese momento había compañeras que ni siquiera tenían un litro de leche para sus hijos. Algunas tuvieron que renunciar e irse al interior del país porque no podían pagar su alquiler. En ese contexto salimos a presionar públicamente y a decir que el empresario estaba incumpliendo, como lo había dicho 15 días antes en el Ministerio, que estaba en bancarrota y que su intención era cerrar”.
“Pues bien, con el diario del lunes, ¿qué decimos nosotros? Que teníamos razón en lo que comunicamos, y lo ratificamos. Es más, el lunes se volvió a reconocer que la situación es compleja y endeble. Y producto de esa situación, los trabajadores propusimos esta alternativa”, explicó Rosales.
“El empresario dijo que no había entendido, que pensaba que nosotros queríamos que vendiera local por local. Le aclaramos que no somos los dueños, no le vamos a recomendar si tiene que vender o no vender. Lo que nosotros planteamos fue reestructurar para preservar la mayor cantidad posible de fuentes de trabajo. Y eso es lo que estamos haciendo, con la esperanza de que, el día de mañana, se pueda recuperar el 100 % de la actividad”, sentenció el dirigente.
Situación general del sector
Por otro lado, los dirigentes sindicales explicaron que la Mesa del Pan no solo nuclea al sector panificador industrial, sino que también trabaja en conjunto con el Sindicato Único de Obreros Panaderos (SUOPA), el sindicato general del sector, que está atravesando situaciones muy complejas y preocupantes.
Entre las denuncias más graves, mencionaron casos de “persecución laboral y acoso sexual, especialmente por parte de titulares de empresas hacia trabajadoras”. Indicaron que en este tiempo en que el SUOPA ha estado trabajando junto a la Mesa del Pan, se han encontrado con una realidad muy cruel. “No solo en cuanto a condiciones laborales, sino en situaciones de acoso sexual por parte de empresarios y directivos. Y no estamos hablando de casos aislados”, señalaron.
En ese contexto, los dirigentes explicaron que vienen trabajando intensamente para visibilizar estas problemáticas. “Estamos sacando estos temas a la luz, para que la gente vea y conozca la realidad dentro de muchas panaderías. Los casos que mencionamos son muy graves. Ya se realizaron denuncias no solo ante la Inspección General del Trabajo, sino también ante la Fiscalía, a donde incluso la propia Inspección derivó los casos de oficio, por la gravedad de los hechos. Hay pruebas: fotos, audios, mensajes”, explicaron.
Asimismo, informaron que se conformó una comisión de género en el ámbito de la Mesa del Pan, que atiende tanto denuncias laborales como sindicales. “Hay líneas de contacto disponibles para que las compañeras puedan comunicarse. Queremos que sepan que no están solas”.
También realizaron reclamos formales al Centro Industrial de Panaderos del Uruguay (CIPU), que agrupa a las empresas del sector. “No vamos a permitir que estas cosas sucedan ni desde un lado ni del otro”, afirmaron.
En ese marco, se conformó un equipo multidisciplinario, con profesionales honorarios: trabajadoras sociales, psicólogos y abogadas especializadas en género. “No nos quedamos solo con la denuncia. También brindamos contención. Hemos recibido el agradecimiento de muchas compañeras víctimas, porque a veces no basta con denunciar, también es fundamental el acompañamiento posterior”.
Relataron un caso concreto: el de una trabajadora de una panadería de Montevideo que no sabía cómo manejar su situación. “Ni siquiera había hecho la denuncia. Se acercó a nosotros, habló con el equipo, y la acompañamos a realizar la denuncia en la Comisaría de la Mujer. Hoy está muy agradecida. Hemos trabajado en talleres de formación sobre género dentro del sindicato. Y salimos a decir públicamente: no están solas, denuncien, que acá está la Mesa”.