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Instituto Cuesta Duarte
Economista Pablo Da Rocha: “El proteccionismo de Trump golpea al orden comercial mundial, pero podría reactivar el acuerdo Unión Europea - MERCOSUR”
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Pablo Da Rocha

Desde que el presidente Donald Trump informó la imposición de aranceles de manera unilateral, que afectaron de manera explícita las relaciones comerciales con China, y que decididamente cambiaron las reglas de juego a nivel global, el mundo asiste a un escenario de confrontación de intereses y anuncios de decisiones económicas, que no ha estado excento de marchas y contramarchas. 

En diálogo con el Portal del PIT-CNT, el economista Pablo Da Rocha, integrante del Instituto Cuesta Duarte, analizó el reciente acuerdo entre Estados Unidos y China, que establece una reducción mutua de aranceles a la importación, del 145% al 30%, por un período de 90 días. Esta medida ha sido interpretada a nivel global como una señal de distensión en la disputa comercial entre ambas potencias.

Da Rocha sostuvo que el principal impacto del conflicto reside en la alteración de las reglas de juego. “Lo que está haciendo la administración de Donald Trump es golpear fuertemente una tendencia que venía consolidándose desde la posguerra: un orden multilateral en materia de comercio. Ese orden buscaba reducir las asimetrías globales. Lamentablemente, estamos ante un retorno al proteccionismo”, afirmó. Para el economista, esto representa una tensión clara entre dos modelos comerciales: “el multilateralismo y el proteccionismo”, un retroceso de más de 50 años.

Este cambio, según Da Rocha, se da en un escenario mundial muy particular: “Hoy el comercio internacional está estructurado en torno a grandes cadenas de suministro y de valor, como parte de una tendencia global hacia la fragmentación del proceso productivo y la deslocalización geográfica. En ese contexto, los acuerdos multilaterales han sido la norma. La irrupción de Trump marca un quiebre en esa lógica”.

Sin embargo, expresó su convicción de que este retorno al proteccionismo será transitorio. “Creo que, una vez que las cosas se acomoden, volveremos al multilateralismo. Hay una gran resistencia global. Muchos países que no tenían afinidades políticas han encontrado puntos de encuentro económicos para confrontar esta postura de EE.UU”. Mencionó los casos de China, Japón y Corea, que han logrado una articulación económica, pese a sus diferencias, como reacción al aumento generalizado y selectivo de aranceles impuesto por EE.UU.

Para Da Rocha, esta política de confrontación podría resultar “contraproducente” para los propios intereses estadounidenses. “Ha terminado por unir a actores que antes no estaban alineados. Eso puede ser un arma de doble filo, porque fomenta la conformación de bloques comerciales más fuertes, capaces de disputar espacios al propio EE.UU”.

Impacto en Uruguay y la región

Respecto a las implicancias regionales, Da Rocha consideró que países como Uruguay no están entre los principales afectados, aunque sí enfrentan desafíos y oportunidades. “Las medidas de EE.UU pueden encarecer productos norteamericanos y abrir una ventana de oportunidad para Uruguay en nuevos mercados. Sobre todo en productos como carne, arroz y lácteos, donde nuestro país tiene ventajas competitivas importantes gracias a la innovación y la mejora de la productividad”.

No obstante, advirtió que Uruguay también deberá competir con otros países que buscarán posicionarse en esos mismos mercados. “No solo hay una oportunidad por desvío comercial, también hay una necesidad de aumentar la productividad, la competitividad. Y en ese sentido, hay sectores donde Uruguay aún necesita avanzar”.

El economista subrayó la importancia de fortalecer el MERCOSUR. “Desde el PIT-CNT y también desde la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS), consideramos que el MERCOSUR debe convertirse en un proyecto estratégico. Pero eso requiere una impronta distinta: avanzar hacia una agenda de complementación y coordinación productiva. Hoy predomina la lógica de la competencia entre países del bloque, con muchas excepciones a las reglas comunes. Para disputar espacio a nivel global, el MERCOSUR necesita consolidarse como un bloque sólido y articulado”.

Da Rocha dijo que desde el punto de vista del impacto en la región, y en particular en Uruguay, puede señalarse que un acuerdo que hasta hace poco parecía en duda -como el Acuerdo Unión Europea-MERCOSUR- hoy tiene mayores posibilidades de concretarse. “No eran tanto los países del MERCOSUR los que ponían trabas, ya que en general estaban dispuestos a avanzar, sino que existían, y aún existen, resistencias por parte de algunos gobiernos europeos. Sin embargo, desde una perspectiva geopolítica, este escenario parece haber cambiado. La presión ejercida por Estados Unidos está generando una reacción que impulsa el fortalecimiento de bloques como la Unión Europea, y en ese contexto, aumentan las probabilidades de que el acuerdo con el MERCOSUR prospere”.

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Pablo Da Rocha

Costo social

Consultado sobre el desempeño económico de Uruguay, Da Rocha propuso distinguir entre variables macroeconómicas y sociales. “Desde el punto de vista macro, el nuevo gobierno no hereda una situación muy diferente a la de 2019: déficit fiscal moderado, mayor empleo, incluso con menores precios. Pero desde el punto de vista social, la situación es muy distinta. El poder de compra cayó, lo perdido no se ha recuperado. La pobreza aumentó, especialmente la infantil, y aunque hubo una mejora posterior, los niveles actuales siguen siendo preocupantes”.

También señaló problemas como el aumento de personas en situación de calle, dificultades de acceso a la vivienda y el deterioro en la calidad de las políticas sociales. “El caso argentino es similar: mejoran algunos indicadores macro, como el control de la inflación, pero el costo social es enorme. A veces uno se pregunta si vale la pena crecer si eso implica una caída en el desarrollo y la calidad de vida”.

Sobre la política arancelaria de Trump, Da Rocha señaló que actualmente se encuentra en una especie de “stand by”, lo que da margen a otros países. Explicó que existen teorías que vinculan esta postura con promesas electorales dirigidas a los estados industriales, donde Trump prometió reactivar la industria nacional. “Busca la repatriación de empresas y generar inestabilidad a nivel global. Esa volatilidad genera incertidumbre, y esto podría tener como objetivo influir en la Reserva Federal para que baje las tasas de interés, lo que permitiría reprogramar la deuda de EE.UU”.

Según Da Rocha, esta hipótesis cobra fuerza al considerar las tensiones públicas entre Trump y la Reserva Federal, que ha demostrado tener autonomía frente al gobierno. “No se ha logrado alinear esa estrategia. Por eso, la política arancelaria está en pausa”.

Sostuvo que a EE.UU le conviene romper con el multilateralismo, ya que eso fuerza a los países a negociar bilateralmente, donde el poder de negociación favorece al más fuerte. “EE.UU seguramente se siente más cómodo negociando uno a uno”.

Da Rocha advirtió que si el MERCOSUR quiere salir fortalecido de este nuevo escenario, necesitará una sintonía fina entre sus miembros. “La situación de Argentina no es la misma que la de Brasil o Uruguay. Si no se coordina, habrá impactos en el litoral y en la competitividad del bloque. Lo ideal sería encontrar soluciones bilaterales con Argentina y Brasil, pero lo mejor sería escalar esa coordinación al nivel del MERCOSUR. Para eso se necesita voluntad política, más allá de lo estrictamente económico”.