Hace pocos días el movimiento sindical dio un paso muy importante. La reunificación de las federaciones de municipales, trabajadores frigoríficos y del sindicato de los sectores gastronómicos no es solo un logro organizativo, sino la materialización de un principio que viene del fondo de la historia y es una máxima en la lucha de los trabajadores: juntas y juntos somos más fuertes.
Este proceso, construido con paciencia y diálogo, refleja la madurez de una clase trabajadora que entiende que las diferencias no pueden opacar los objetivos que tenemos como clase. Durante más de un año, compañeras y compañeros de distintas corrientes priorizaron lo colectivo sobre lo individual, demostrando que la unidad no es una consigna vacía, sino una práctica concreta.
Para la Federación Nacional de Municipales, esta reunificación significa algo más que volver a compartir una sigla. Implica una síntesis de unidad que debe servir para conquistar la negociación colectiva por rama de actividad, teniendo como interlocutor al Congreso de Intendentes. Eso será un enorme avance para defender mejoras salariales, condiciones laborales adecuadas y procesos transparentes de ingreso al sector. Es la posibilidad de construir una herramienta que refleje las necesidades de quienes mantienen en pie servicios públicos esenciales, desde Montevideo hasta el último rincón del país.
En la industria frigorífica, la principal industria de nuestro país, donde miles de trabajadores enfrentan día a día la presión de grandes transnacionales, la unidad permitirá fortalecer la lucha contra las amenazas de un capital que no tiene miramientos a la hora de tomar decisiones que afectan al empleo, el salario y las condiciones de trabajo. La FOICA ya demostró la fuerza de la unificación al negociar juntos el último acuerdo salarial, demostrando también que todos los incentivos para la fragmentación son funcionales a las patronales y provienen de intereses ajenos a los de la clase obrera.
El sector gastronómico y hotelero, por su parte, avanza hacia una representación unificada que le permitirá combatir la precarización y defender su plataforma y sus conquistas. Son pasos que marcan un rumbo claro: solo la unidad y la solidaridad hace posible que las reivindicaciones se conviertan en realidad.
Solo en unidad, lucha y movilización podremos poner arriba de la mesa el programa de nuestra clase, para diversificar la economía, fomentar la industrialización del país, fortaleciendo la integración regional, generando trabajo de calidad y avances en derechos para nuestro pueblo. Estamos convencidos de que reducir la jornada laboral a 40 hs semanales y generar una seguridad social que ponga a la gente en el centro y no al lucro, colabora no solo a una mejor calidad de vida de nuestra clase sino que sea el instrumento principal para superar la fragmentación social y la exclusión
Todo esto cobra vital relevancia de cara al próximo Congreso del PIT-CNT, donde se debatirá la estrategia a seguir en este nuevo período, la nueva dirección del movimiento sindical y que como ya lo hemos expresado un programa de desarrollo para nuestro país, productivo, con justicia social y profundización de la democracia.
Marcelo Abdala