Ante el comunicado publicado por la Liga de Amas de Casa en el marco de la 11ª ronda de negociación salarial, el Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD) responde con total claridad:
Decir que el sindicato no presentó propuestas concretas sobre categorías es lisa y llanamente una MENTIRA.
Desde 2013 venimos presentando en cada ronda de negociación documentos escritos y formales, con categorías claramente definidas: limpieza, cocina y cuidados, entre otras. En 2025 entregamos una propuesta aún más detallada (cuidado de personas: niños, adultos mayores y personas con discapacidad; cocina sencilla o elaborada con responsabilidad en el menú, compras y manipulación segura de los alimentos; limpieza de mantenimiento y a fondo; lavado y planchado; mantenimiento de exteriores y cuidado de mascotas). Todo está documentado y cada parte lo recibió en el Consejo de Salarios.
Decir lo contrario es faltar a la verdad y buscar desprestigiar a las trabajadoras domésticas frente a la sociedad, a los empleadores y al propio Gobierno. No aceptamos que se nos acuse de improvisar o de no trabajar con responsabilidad: nuestros planteos están documentados y cada parte en la mesa de negociación los recibió.
Como ya lo dijimos en la mesa: parece que para ciertas empleadoras da lo mismo sacar el polvo de un mueble que cuidar a su padre o a su madre; da lo mismo fregar un piso que cuidar a sus hijos. Para nosotras no es lo mismo, y para la sociedad tampoco debería serlo. Muchas veces las trabajadoras domésticas somos las únicas presentes en los momentos más sensibles de la vida: acompañamos a niños, cuidamos a adultos mayores, damos la mano en el último adiós cuando los propios familiares los dejan abandonados.
Ahora preguntamos
¿Alguien necesita que expliquemos qué significa “cuidado de adultos”, “cuidado de niños” o “cuidado de personas con capacidades diferentes”? ¿O qué diferencia hay entre “cocina sencilla” y “cocina elaborada con compras”? ¿No se entiende qué es “limpieza diaria” frente a “limpieza profunda”? ¿O qué implica “cuidado de mascotas”?
Nuestras plataformas lo detallan con ejemplos claros desde hace años. Fingir que no se entiende es una forma burda de hacerse los distraídos para no asumir responsabilidades.
Queremos dejar en claro que, tal como lo verán más abajo, donde adjuntamos algunos de los correos electrónicos que encontramos del año 2013,2016, 2023 y 2025 donde detallamos las categorías, en cada ronda, tanto las trabajadoras como nuestras asesoras, explicamos y hasta pusimos ejemplos a otros sectores sobre cómo sería la implementación de dichas categorías. Decir que no lo hacemos, no solo es faltarnos el respeto a las trabajadoras domésticas, sino a quienes nos acompañan, una Economista y una Abogada.
El argumento del “bolsillo”
La Liga se preocupa por “el bolsillo de miles de familias empleadoras”. Pero parece que el bolsillo de más de 100.000 trabajadoras domésticas no importa. Somos nosotras las que cobramos salarios que muchas veces son chirolas frente al valor real de nuestras tareas, y aun así seguimos sosteniendo hogares y cuidando vidas.
Si de bolsillos hablamos, hablemos de todos: ¿no afecta el bolsillo de una trabajadora cobrar lo mismo por limpiar un piso que por cuidar a una persona con dependencia total? ¿No afecta esperar meses por un aumento retroactivo porque la Liga dilata reuniones? Ahh, porque de eso no hablamos, ¿no? No deberían olvidar decir también que todas las veces las reuniones se dilatan y se extienden porque la parte empleadora siempre tiene algún inconveniente o porque “es corto el plazo”. Después, señores empleadores, vayan a reclamarles a sus representantes cuando tengan que pagar varios meses de retroactividad. Y no se olviden que hay que pagarlo todo junto, porque al final son las trabajadoras quienes terminan perdiendo, ya que muchos empleadores no quieren pagar como corresponde.
Y más grave aún: la Liga insinúa que reconocer categorías sería “castigar” a quienes estudiaron más o tienen un trabajo mejor remunerado. Esa mirada no solo es ofensiva: es profundamente clasista y discriminatoria.
Porque, ¿qué saben ellos de por qué una trabajadora doméstica no pudo seguir estudiando? ¿Qué saben de los miles de compañeras que dejaron la escuela para trabajar desde niñas y sostener a sus familias? ¿Qué saben de quienes cargan solas con hijos y padres a su cuidado?
Decir que pagar un salario justo es un “castigo” es un insulto.
El verdadero castigo es que las trabajadoras domésticas sigamos cobrando sueldos bajos, sin reconocimiento, y que encima se nos trate como si nuestro esfuerzo valiera menos que un título universitario.
No pedimos un privilegio, pedimos lo mínimo: que se reconozca que limpiar, cocinar y cuidar vidas no es lo mismo.
Y si a alguien le molesta pagar lo que corresponde, el problema no es de las trabajadoras, es de su propia concepción elitista de lo que vale la vida y el trabajo de las mujeres que sostienen sus hogares.
Lo que realmente aceptaron
En su comunicado la Liga intenta mostrar que ha hecho concesiones importantes a las trabajadoras. La realidad es otra: lo poco que se ha avanzado ha sido fruto de la insistencia y el trabajo del sindicato, no de la buena voluntad de la patronal.
Licencia por cuidados: hoy tenemos 2 días. El sindicato planteó llegar a 5, porque muchas veces somos jefas de hogar con hijos a cargo y también las responsables de cuidar a nuestros padres. Aspirábamos a 3 días más. ¿Qué aceptó la Liga? Un día. No 5. No 3. Uno solo.
Presentismo: la patronal se negaba, decía que no se podía. El sindicato investigó, consultó con el BPS y demostró que sí era posible modificarlo. Como ya estaba sobre la mesa, no les quedó otra.
Salud mental: pedíamos al menos 1 día. Lo que aceptó la patronal son apenas 3 horas para una consulta. En el interior tal vez alcance, pero en Montevideo, si trabajás en Carrasco y tenés que ir al Clínicas, ¿quién llega en 3 horas, se atiende y vuelve? Eso no es un derecho pleno, es un mínimo.
Esto es lo que la Liga presenta como “avances”. No fueron concesiones generosas: fueron migajas obtenidas gracias al reclamo persistente del sindicato. Cada mejora que hoy existe es porque nosotras la planteamos, la fundamentamos y la peleamos.
En cambio, la Liga pretende crear una categoría especial para “amas de llaves”, un rubro que en Uruguay prácticamente no existe y que, de existir, alcanzaría solo a hogares con mayor poder adquisitivo. O sea: se preocupan por defender categorías patronales, pero niegan las categorías de las trabajadoras.
A diferencia de ellos, el Sindicato negocia para todas: para las afiliadas y para las que no, para las registradas en BPS y para las que no. No hacemos distinciones: negociamos por las más de 100.000 trabajadoras domésticas del país.
En conclusión
Negar las categorías es negar el valor moral, humano y económico del trabajo que realizamos. Acusar al sindicato de no haber presentado propuestas es una maniobra para manipular la opinión pública y frenar un reclamo justo.
El SUTD reafirma su compromiso con más de 100.000 trabajadoras en todo el país. Seguiremos defendiendo las categorías y un salario digno para todas y todos como un derecho de justicia, y exigimos al Poder Ejecutivo que, llegado el momento, vote junto a las trabajadoras y no del lado de quienes pretenden que todo valga lo mismo