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Solidaridad internacional
Delegación del PIT-CNT participó del 1º de mayo en Cuba y entregó donación de medicamentos y alimentos
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Cuba, 1° de mayo

El secretario general del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA), Javier Díaz, destacó la histórica hermandad entre el PIT-CNT y la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), basada en la “solidaridad internacionalista, la defensa de los pueblos y la cooperación mutua”. Recordó gestos concretos de apoyo entre ambas naciones y llamó a fortalecer las redes de solidaridad con la isla frente al bloqueo y las dificultades actuales. La delegación compatriota entregó donaciones de medicamentos y alimentos a hospitales y centros de infancia, enviados por el pueblo uruguayo para el pueblo cubano.  

En diálogo con el Portal del PIT-CNT, Javier Díaz se refirió a su reciente visita a Cuba como representante del Secretariado Ejecutivo de la central sindical, en el marco de las actividades conmemorativas del 1º de mayo, Día Internacional de los Trabajadores. La delegación uruguaya estuvo integrada por representantes del PIT-CNT, distintos sindicatos, organizaciones estudiantiles y asociaciones de jubilados.

Díaz detalló que la participación se desarrolló en tres instancias principales. En primer lugar, se realizó una recolección solidaria que permitió donar ocho maletas con medicamentos al Hospital Fajardo, así como 150 kilos de leche en polvo a dos instituciones cubanas: La Colmenita -centro cultural que trabaja con niños a través del arte- y del Hogar de niños sin amparo filial en Centro Habana, organización que asiste a niñas y niños sin cuidados parentales en una zona vulnerable de La Habana.

La segunda instancia fue la participación en el acto central del 1º de mayo en la capital cubana. “Allí se movilizaron más de 650.000 habaneros, como parte de los cerca de 6 millones de trabajadores y trabajadoras que se manifestaron en toda la isla”, subrayó Díaz.

Finalmente, el 2 de mayo, el integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, tomó parte del Encuentro Internacional de Solidaridad con Cuba, celebrado en el Palacio de Convenciones de La Habana. La actividad reunió a más de 1.000 delegados de 39 países, en representación de unas 230 organizaciones sindicales, sociales y políticas de todo el mundo.

El dirigente sindical explicó que el Encuentro Internacional de Solidaridad estuvo centrado en tres ejes principales. “En primer lugar, se reafirmó el respaldo a Cuba y se exigió el levantamiento inmediato del bloqueo económico, financiero y comercial, un bloqueo criminal que sufre el pueblo cubano”, afirmó Díaz.

“El segundo punto fue el reclamo de que se retire a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, una inclusión injusta, ya que Cuba nunca debió figurar en esa lista”, agregó.

“El tercer eje fue la solidaridad con el pueblo palestino y la condena al genocidio perpetrado por el gobierno de Israel”, enfatizó.

La actividad contó con la participación de organizaciones de todo el mundo y una destacada presencia de autoridades cubanas. Encabezó el encuentro el presidente Miguel Díaz-Canel, acompañado por Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista; Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores; Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC); y Fernando González Llort, presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).

“Por parte de Uruguay, participamos en representación del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, como parte de nuestra delegación”, remarcó Díaz.

Díaz recordó que el movimiento sindical uruguayo, y en particular el PIT-CNT, mantiene un vínculo histórico con la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). “No solo compartimos espacios de formación e intercambio en talleres, sino que también participamos activamente en las celebraciones del 1º de mayo, tanto en Cuba como en Uruguay, con la presencia mutua de delegaciones”, señaló.

Destacó que este lazo se basa en una historia común de lucha y amor por los pueblos. “Nos une la organización y la participación en la lucha de los trabajadores del continente, del Caribe y del mundo. Esta visita es una nueva confirmación de ese relacionamiento fraterno con las y los trabajadores cubanos”, subrayó.

En ese marco, también se refirió a las dificultades que enfrenta la isla. “Cuba tiene problemas, y esos problemas tienen una causa concreta: hace más de 60 años que sufre un bloqueo económico, financiero y comercial por parte de Estados Unidos. Es un ejemplo claro de injusticia: mientras un buque petrolero que llega a Uruguay puede costar 20 millones de dólares, a Cuba le cuesta tres veces más”, explicó.

Díaz destacó la emoción que generó ver nuevamente al pueblo cubano movilizado tras la pandemia. “Fue muy conmovedor ver a los trabajadores y trabajadoras volver a las calles el 1º de mayo. También fue muy fuerte reencontrarse con el concepto de revolución que Fidel Castro definió hace años, una consigna que sigue vigente”, afirmó.

A su vez, sostuvo que la solidaridad no debe limitarse al envío de donaciones materiales como medicamentos o leche en polvo. “Debemos ir un paso más allá: difundir, amplificar y dar a conocer en nuestros países la verdadera situación que se vive en Cuba. Y además, organizarnos para fortalecer aún más los lazos solidarios”.

En ese sentido, mencionó el proyecto de creación de la Casa de los Pueblos, un espacio de intercambio fluido entre Uruguay y Cuba. Por último, recordó que este año se celebrará el Congreso de la CTC, donde se prevé la participación de representantes del PIT-CNT, al igual que se espera contar con delegados cubanos en el Congreso de la central uruguaya.

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Cuba, 1° de mayo

Un extenso vínculo entre Uruguay y Cuba

Díaz subrayó que el vínculo entre el PIT-CNT y la Central de Trabajadores de Cuba forma parte de una relación histórica más amplia entre ambas naciones. “Más allá del relacionamiento entre nuestras organizaciones, existe una conexión profunda entre los pueblos de Uruguay y Cuba, que se remonta a finales del siglo XIX. En 1887, por decreto presidencial, José Martí -prócer de la independencia cubana- fue designado cónsul de Uruguay en Estados Unidos. Desde entonces, la historia compartida es larga y significativa”, señaló.

El dirigente recordó distintos hitos de esa relación bilateral, marcados por la solidaridad. “En 1959, tras las inundaciones más grandes en la historia del Uruguay, Fidel Castro visitó nuestro país, recorrió las zonas afectadas y promovió acciones solidarias concretas. En 1995, fue invitado oficialmente por el gobierno uruguayo, presidido entonces por Julio María Sanguinetti, y recibió las llaves de Montevideo”, rememoró.

A partir de 2005, se consolidaron convenios bilaterales con un fuerte impacto social. “Tuvimos el apoyo técnico en áreas como la lechería, pero también la llegada de la Brigada Médica Cubana, los ‘batas blancas’, que operaron gratuitamente a más de 100.000 personas en Uruguay, cuyo único problema era ser pobreso las 400 lentillas que donadas para el Hospital de ojos La Ceguera”, afirmó Díaz. También recordó la donación, en 2002, de más de un millón de dosis de la vacuna contra la meningitis B, gestionada directamente por Fidel Castro.

Díaz destacó asimismo la participación de brigadas uruguayas solidarias tras el paso del huracán Sandy en Santiago de Cuba, así como la campaña internacional por la liberación de los cinco héroes cubanos presos en Estados Unidos.

“El vínculo entre Uruguay y Cuba no solo se refleja en los acuerdos institucionales, sino en una historia de compromiso mutuo. Incluso en momentos de tensión diplomática, cuando las relaciones oficiales no fueron las mejores, la solidaridad entre nuestros pueblos se mantuvo firme”, resaltó.

Díaz calificó la visita a Cuba como profundamente conmovedora. “Fue una experiencia muy emotiva compartir esos momentos, no solo por participar del acto central del 1º de mayo o del Encuentro Internacional de Solidaridad, sino también por caminar por los barrios de La Habana, donde el vínculo entre nuestros pueblos se percibe en lo cotidiano”, relató.

“Es una conexión que va más allá de las palabras. Hay un entendimiento mutuo que se da con una simple mirada”, expresó. En ese sentido, mencionó también la situación de muchos migrantes cubanos que hoy viven en Uruguay. “Es casi natural que el pueblo uruguayo sienta solidaridad hacia esos compañeros y compañeras que llegan en busca de oportunidades para ayudar a sus familias. Hay una historia compartida que nos acerca”, puntualizó.

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Amor por la humanidad

Compartimos aquí, el texto completo de la intervención realizada por el representante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT durante el Encuentro Internacional de Solidaridad con Cuba:

“Presidente de la República de Cuba: Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez

General de Ejército: Raúl Castro Ruz

Ulises Guilarte de Nacimiento, miembro del Buró Político y secretario general de la CTC

La hermandad entre las trabajadoras y los trabajadores nucleados en el PIT-CNT y quienes integran la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) tiene una larga y rica historia de compromiso, solidaridad y, sobre todo, de amor por la humanidad.

Este vínculo es parte de la concepción fundacional de nuestras organizaciones, que entienden que las luchas de la clase trabajadora tienen formas nacionales, pero un contenido profundamente internacional.

No solo nos unen las actividades vinculadas al quehacer sindical, como las instancias de formación, la participación de delegaciones de ambos países en actividades de la CTC y del PIT-CNT, o la invitación permanente a participar en los actos conmemorativos del 1º de Mayo. También nos une la coordinación en eventos internacionales y el compromiso con las luchas comunes de las trabajadoras y los trabajadores de América Latina y el Caribe.

Nos une la solidaridad y el amor por nuestros pueblos. La historia de los actos solidarios entre Uruguay y Cuba es extensa. Ya en 1887, el prócer cubano José Martí fue nombrado cónsul de Uruguay en Estados Unidos por decreto del presidente uruguayo. Desde entonces, los lazos de hermandad y colaboración han sido permanentes, incluso en momentos de diferencias políticas, porque la solidaridad nunca se interrumpió.

En 1959, durante las inundaciones más grandes de la historia del Uruguay, el comandante Fidel Castro visitó el país, recorrió las zonas afectadas y luego envió donaciones al pueblo damnificado del norte del país.

En 1995, el entonces presidente Julio María Sanguinetti invitó oficialmente a Fidel Castro a visitar Uruguay, y la Intendencia de Montevideo le entregó la llave de la ciudad.

En 2002, pese al deterioro de las relaciones diplomáticas entre ambos países, cuando Uruguay atravesaba la peor crisis económica de su historia y Cuba transitaba el Período Especial, se detectaron focos de meningitis B en Uruguay. Cuba, por intermediación de Fidel Castro, donó un millón de vacunas para proteger la salud de nuestro pueblo.

A partir de 2005, se firmaron múltiples convenios de intercambio y cooperación. Entre ellos, el más importante y exitoso fue la Operación Milagro, que permitió la llegada de médicos cubanos para atender gratuitamente a las personas más necesitadas con problemas de visión. Más de cien mil compatriotas fueron operados de forma gratuita, y este convenio sigue vigente hasta el día de hoy. También se concretaron acciones de atención médica a personas con discapacidad, con diabetes y otras patologías, así como convenios de formación y capacitación técnica para profesionales cubanos en la industria lechera uruguaya.

En 2015, Uruguay condonó la deuda económica que el Banco Nacional de Cuba mantenía con el Banco Central del Uruguay.

Desde el movimiento sindical, las acciones solidarias también han sido constantes. Cuba dio refugio a miles de dirigentes sindicales y políticos exiliados por las dictaduras militares en América Latina, junto a sus familias.

Cientos de estudiantes uruguayos se han graduado en Cuba de forma gratuita, gracias a la generosidad de su pueblo.

En 2013, los trabajadores de la construcción protagonizaron una masiva movilización portando brazaletes amarillos, en reclamo por la liberación de los cinco héroes cubanos detenidos injustamente en Estados Unidos. Hoy, podemos decir con orgullo que esa promesa de Fidel se cumplió: los cinco están en casa.

En 2014, participamos en la reconstrucción de los daños ocasionados por el huracán Sandy en Santiago de Cuba, mediante la brigada maestre Pedrosa en Santiago de Cuba.

Este ha sido, en resumen, el tipo de relación que hemos mantenido entre nuestras naciones: siempre guiada por el principio de la solidaridad, y por la admiración y el cariño que Cuba merece.

La situación actual de la isla es, como todos sabemos, sumamente difícil. La mayoría de los que participamos en esta actividad hemos sido parte de campañas de solidaridad con Cuba. Y cuando volvamos a nuestros países, debemos trabajar por nuevas campañas para el envío de medicamentos e insumos imprescindibles.

Pero la solidaridad no se agota en esas acciones. También es fundamental construir redes de cooperación e información sobre Cuba, instalar casas de solidaridad con los pueblos, apoyar desde allí a la revolución cubana, acercarnos a sus diplomáticos y que sepan que cuentan con nuestro respaldo. Incluso debemos recibir con los brazos abiertos a quienes, por necesidad, emigran en busca de alternativas para sostener a sus familias. Con ellos, toda nuestra solidaridad.

La solidaridad nos dignifica. Rompe con los cimientos de la sociedad neoliberal, basada en individuos aislados que buscan su salvación personal. La solidaridad es un músculo: si no se ejercita, se atrofia. Pero cuando se practica, genera un estado emocional indescriptible, comparable con la felicidad.

Así somos las trabajadoras y los trabajadores. Y no hay nada que nos pueda cambiar.

¡Viva Cuba y la solidaridad como bandera!”

 

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