Europa podría necesitar una 'tromba' de reformas laborales para salvar su economía

Lunes, 14 Septiembre 2015 16:00
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¿Por qué la Eurozona tiene una tasa de paro del 10,9%? La respuesta puede dar para varios libros, pero sin duda un capítulo como mínimo estaría dedicado a la regulación laboral del Viejo Continente. Mientras que EEUU, Australia, Reino Unido y muchos más países gozan de tasas de paro del 5-6%, el área euro duplica esa tasa. Algunos expertos creen que reformar la regulación del mercado laboral en los países del área euro sería un paso muy importante para acabar con esta enfermedad endémica en muchos países de Europa.

Así lo creen Tito Boeri, presidente de la administración de la Seguridad Social en Italia y Juan Francisco Jimeno, director de la división de investigación del Banco de España y miembro del CEPR. Estos dos economistas han publicado un interesante artículo en Voxeu.org del que se ha hecho eco el blog Nada es Gratis. Estos economistas creen que las reformas laborales impuestas en algunos países de la Eurozona no han sido afortunadas: han sido asimétricas, aprobadas en plena crisis y algunas de ellas impuestas por organismos internacionales. Aunque la las reformas en este campo son necesarias, deben hacerse de otra manera.

Y es que "las reformas del mercado de trabajo, junto con mejores herramientas de coordinación de las políticas fiscales, son, de hecho, necesarias para corregir la insoportable divergencia de las tasas de desempleo en Europa. En nuestra evaluación, las reformas implementadas durante la crisis fueron, en parte, equivocadas, ya que no tuvieron en en cuenta algunos principios apoyados por la amplia y profunda investigación económica sobre sus efectos".

"Además, incluso algunas de las que fueron bien diseñadas, cuando se impusieron a los gobiernos nacionales por las instituciones internacionales, fracasaron. La manera en la que se impusieron no produjo que los gobiernos nacionales se sintieran propietarios de las reformas y, por lo tanto, no hizo que estos se aseguraran de su buen funcionamiento. Para abordar estos problemas, proponemos nuevas formas de 'condicionalidad positiva', explican estos economistas.

Boeri y Jimeno creen que con un marco laboral más flexible en todos sus aspectos, no sólo en el despido, sería un buen sistema para amortiguar los cambios de ciclo económico: "Una es que las diferencias de desempleo entre los países de la zona euro no han sido nunca tan marcadas como en la actualidad. Y estas diferencias no son sólo el resultado del impacto diferencial de la crisis, el tamaño y la naturaleza de los shocks sobre los países; también son el resultado de instituciones laborales disfuncionales que condicionan la respuesta a las perturbaciones".

¿Por qué no han funcionado las últimas reformas?

Las últimas reformas emprendidas en Europa se han llevado a cabo "bajo una política fiscal procíclica derivada de un marco mal diseñado de coordinación de la política fiscal dentro de la UE; dando demasiada importancia a medidas que promovían la moderación salarial, implementaban reducciones de la indemnización por despido, y aumentaban la edad de jubilación en medio de una gran recesión".

Además, como ha sido en el caso de la reforma laboral en España, "haciendo caso omiso de otras reformas dirigidas a mejorar la productividad, tales como la eliminación de la dualidad contractual. No fomentando el ajuste a lo largo del margen intensivo a través de reducciones de horas de trabajo y los acuerdos a nivel de empresa".

¿Cómo deben ser estas reformas?

Estos expertos explican que hay que flexibilizar las instituciones laborales, pero no sólo facilitando los ajustes vía cantidades (despidos), sino también actuando sobre otras vías de ajuste que permitan mantener la cantidad de empleo a la vez que se permite la subsistencia de la empresa. Además, estas reformas deben llevarse a cabo cuando las condiciones cíclicas sean más favorables, unas condiciones económicas malas y una consolidación fiscal fuerte "pueden ser incompatibles con el éxito de las reformas estructurales".

Algunas medidas que pueden ser vitales para el nuevo marco laboral son las siguientes: "Un nuevo contrato permanente con una indemnización por despido que aumente gradualmente con la antigüedad, similar al nuevo contrato indefinido introducido en Italia y en vigor desde marzo de 2015. Todas las contrataciones bajo este nuevo contrato serían elegibles para recibir aportaciones de fondos europeos a cuentas individuales de los trabajadores (como en el caso del Fondo Austríaco)".

De este modo, "los EMPLEADORES disfrutarían menores costes del despido y menores costes laborales (en la medida en la que las contribuciones europeas también jugarían el papel de subsidios salariales). Los trabajadores se beneficiarían de puestos de trabajo más estables (y del subsidio salarial). Las cuentas individuales también podrían ser el instrumento para desarrollar políticas de empleo más eficaces, sea en el campo de la formación e inserción laboral como en relación con las prestaciones por desempleo", aseguran estos dos economistas.

También sería interesante poner en marcha "un sistema de seguro de desempleo en Europa complementario disponible sólo para aquellos países que logran un progreso sustancial hacia un mejor diseño de las instituciones del mercado de trabajo e implementado a través de aportaciones a las cuentas individuales de los trabajadores".

Bori y Jimeno advierten de que si no se toman pasos de este tipo, Europa podría enfrentarse a una 'trampa de estancamiento', en el que el desempleo, la deflación y la paralización del PIB serían los grandes protagonistas de la economía en el Viejo Continente.

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