Fripur: un "imperio" que cayó y cuyos trabajadores impulsan un proyecto de cogestión

"El pasado está escrito en la memoria y el futuro está presente en el deseo". 
Carlos Fuentes (1929-2012) Periodista y escritor mexicano.

Ingresar a la planta de Fripur y no sentir el ruido de las máquinas causa amargura, bronca e impotencia. Recorrer sus instalaciones y ver las líneas donde cientos de mujeres fileteaban el pescado en turnos de ocho horas en un régimen casi de esclavos golpea la razón y el corazón. Hoy no corre el agua por todo ese lugar, el silencio se hace fuerte y en la mente surgen como un símil imágenes e historias de los trabajadores de las plantaciones de cacao que cuenta en sus libros Jorge Amado. Cerca de 600 familias esperan confiadas una solución que les permita recuperar su fuente de trabajo; eso sí, en condiciones humanas.

José Umpierrez (*), integrante del sindicato de Fripur, lleva 28 años trabajando en la empresa y a lo largo de todo este tiempo le ha tocado vivir momentos duros y difíciles para los trabajadores de la planta procesadora de pescado. Recuerda que cuando ingresó la planta ocupaba sólo una manzana. "Habían adquirido los galpones que eran del Banco de Seguros del Estado (BSE), lugar este que se hacían las pruebas a los autos. Los hermanos Alberto y Máximo Fernández adaptaron todo ese espacio para trabajar con los productos especiales, como los vegetales y la planta de almeja. Por lo que se logró un progreso muy importante".

El experimentado trabajador agrega que con el paso del tiempo debieron seguir ampliando las instalaciones y la infraestructura de la empresa. En esa época eran muchos los pedidos que se tenía y el mercado continuaba creciendo. Durante el período de mayor desarrollo existían dos turnos de trabajo: de 7 a 15 horas y de 15.30 a 23.30 horas, por lo que en esa línea de producción habían unas 800 personas. A esto se le sumaban los tres turnos del sector empaque que empleaba a unos 400 trabajadores.".

Una empresa autoritaria

Umpierrez con una especie de bronca contenida y vergüenza declara que Fripur "siempre se caracterizó por ser una patronal autoritaria y represora. Lo peor que le podía pasar a un trabajador era afiliarse al sindicato o que lo vieran conversar con alguno de los pocos delegados que sobrevivían a la persecución. La más grande de estas prácticas represivas se llevaron adelante en la década del 80´ cuando la empresa resolvió importar máquinas fileteras y eliminar mano de obra. El resultado fue que se eliminaron de un saque 200 puestos laborales, básicamente hombres. A partir de ese momento se recurre al trabajo femenino para conseguir un valor agregado luego que el pescado pasaba por las máquinas de fileteado. A las compañeras las utilizan desde ese momento como engranajes y no como personas. Lo insólito es que si se ingresaba a las oficinas de los dueños parecía realmente que se estaba en el primer mundo. El contraste era muy fuerte".

A principios de los 90´durante una importante crisis en el sector pesquero "varios sindicalistas de Fripur realizaron una huelga de hambre, junto a compañeros del gas, en reclamo de una mejor relación laboral. En todo este tiempo los dirigentes del Sindicato Único Nacional de Trabajadores del Mar y Afines (Suntma) tenían prohibido ingresar al edificio. Incluso, también en los 90´, echaron a todos los tripulantes de los barcos de Fripur que estaban sindicalizados. Lo que es el tiempo y la historia, hoy tenemos la planta bajo vigilia sindical y la bandera del Suntma flamea esta planta que antes era un imperio de los Fernández", reflexiona Umpierrez.

Cambia, todo cambia

Umpierrez le informa al Portal del PIT-CNT que se está trabajando en un proyecto de cogestión. Explica que "la autogestión es muy difícil de realizar por la inmensidad frentes que se deben atender en una empresa tan grande. Para los trabajadores es muy difícil cubrir los mercados, presentar los productos en las distintas ferias del mundo, entre otros sectores. Se debe decir que los productos son muy buenos y están reconocidos a nivel mundial".

En estos momentos se creó una comisión que está trabajando con un grupo de técnicos que les proporcionó el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social  (MTSS), el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MGAP), de la Universidad de la República (UdelaR) y del Instituto Cuesta - Duarte del PIT-CNT. El objetivo es la elaboración de un proyecto que demuestre la viabilidad de la empresa pesquera. Una vez obtenido el material se le presentará a los posibles inversores.

Uno de los puntos en los cuales se está trabajando es que el producto pueda llegar a ser accesible para la población. También se apunta a que los pescadores costeros y artesanales puedan utilizar las instalaciones a bajo costo. Los planes están, las ganas de trabajar también están, ahora falta encontrar al inversor que pueda reactivar esta planta que tiene principalmente a mujeres jefas de familia en su plantilla.

*José Umpierrez es oficial frigorista e ingresó a Fripur el 4 de junio de 1987.

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