Romain Descottes (CGT Francia): «Le dijimos no a la ultraderecha y al fascismo»
Europa respiró aliviada como consecuencia de la derrota de la ultraderecha representada en la Agrupación Nacional (RN) en la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias realizadas el pasado domingo.
Si bien la alianza de izquierdas nucleadas en el Nuevo Frente Popular obtuvo un triunfo categórico, impensado en base a lo que auguraban las encuestas de opinión, también es notorio que los sectores de la extrema derecha y aquellos que vuelven a reivindicar al fascismo, lograron aumentar su caudal de votos y ese dato preocupa a analistas que advierten por el peligro latente que implica una votación tan potente de sectores racistas, xenófobos, misóginos, aporofóbicos y antisindicales.
Por estas horas, diversos analistas intentan profundizar causas del resultado electoral y también avizorar los escenarios posibles en los que se deberán mover tanto el triunfador, Jean-Luc Mélenchon, como el presidente Emmanuel Macron.
Para conocer la visión de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Francia y saber cómo perciben los sindicatos franceses este nuevo escenario político, el Portal del PIT-CNT entrevistó a Romain Descottes, asesor confederal encargado de relaciones internacionales y especializado en el vínculo entre sindicalismo y ecología de la central sindical francesa.
Descottes dijo al Portal que si bien el triunfo del Nuevo Frente Popular ha provocado «un enorme alivio y mucha felicidad en la población en general, y en particular en las organizaciones sociales feministas, en las antirracistas, en las que luchan por los derechos humanos y en los sindicatos, no hay que olvidar que 10 millones de franceses votaron por la ultraderecha».
Según repasó el dirigente sindical francés desde París, la posibilidad de un triunfo de los sectores de derecha hubiera implicado un escenario «terrible» para Francia y Europa. «En las semanas previas a la segunda vuelta tuvimos en Francia muchos atentados y agresiones racistas. Fue algo que se puede comparar con lo que sucedió con Donald Trump en los Estados Unidos cuando se liberó -sin complejos- un nivel de racismo en la sociedad que había que enfrentar, no es posible que los sindicatos ni las organizaciones sociales aceptemos que se legitimen esas expresiones racistas», opinó. Descottes explicó que en este contexto, los sindicatos, conjuntamente con diversas organizaciones de la sociedad civil, «tomaron partido» activamente de la campaña.
«Al miedo lo derrotamos con movilización», remarcó el dirigente sindical de la CGT France. «La noche del domingo fue de felicidad pero con cierta cautela por la cantidad de votos que sacó la extrema derecha. Felicidad por haber derrotado al miedo, al peligro del avance de las fuerzas racistas, pero ahora comienza el tiempo de reflexión».
Desde su perspectiva, el avance de las expresiones de la extrema derecha y el discurso de odio en Europa «es un peligro real, preocupante y que tenemos que afrontar de manera contundente», remarcó. «No hay que olvidar que 10 millones de personas votaron la extrema derecha en Francia. Entonces tenemos de verdad este problema: hay muchos territorios donde el voto de extrema derecha es profundo, incluso allí donde hay una gran parte de la población obrera que vota a la extrema derecha. Y eso es algo que como CGT tenemos que analizar y tomarlo como un asunto de primera importancia, tenemos que luchar en contra de esa realidad. Eso ahora es absolutamente prioritario para nosotros como CGT. Porque no debemos olvidar que como organización sindical tenemos el antifascismo en nuestro ADN y hoy es tiempo de luchar contra las expresiones intolerantes que se manifiestan en la extrema derecha».
Descottes recordó que durante el gobierno del derechista Nicolás Sarkozy se «envalentonaron» los sectores de derecha y comenzaron a transitar un proceso de legitimación pública. Así las cosas y al mismo tiempo que Francia vivió años de crecimiento de las expresiones más reaccionarias, la CGT asumió el compromiso de reforzar lazos de internacionalismo y de promoción de la formación política. «Esa fue nuestra tarea, reforzar la formación política e ideológica de nuestros afiliados y militantes. Además, contamos con la red denominada Vigilancia de Iniciativa Sindical Antifascista (VISA) que realiza un trabajo muy intenso en territorio, especialmente en aquellos lugares donde los grupos de extrema derecha actúan con expresiones de violencia contra locales sindicales, contra personas y muy especialmente, cuando intentan estigmatizar a niños que no son blancos. Y en esta tarea estamos unidos más allá de las diferencias que podamos tener entre sindicatos de base sobre cualquier tema», alegó.
Tanto la CGT como la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) han expresado de manera contundente su postura en el actual momento histórico que vive Francia.
En cuanto al rol de los medios de comunicación, Descottes dijo al Portal sindical del PIT-CNT que han tenido una responsabilidad directa en la difusión del discurso de extrema derecha. Particularmente, recordó el caso del empresario Vincent Bolloré, que tras adquirir el ‘Journal du dimanche’, designó como director a un empresario de extrema derecha, Geoffroy Lejeune. Según el dirigente sindical de la CGT, «Bolloré, es un capitalistas francés poseedor de una gran cantidad de medios de prensa, TV, radio y tiene una estrategia asumida de promoción de la extrema derecha, plagada de ideas racistas. Desde la CGT hemos tenido que dar batallas en defensa del sindicato de periodistas que han sido perseguidos por este empresario que el origen de su fortuna se remonta al enriquecimiento logrado en África del Oeste, mediante el modelo colonial francés. Nosotros llegamos a tener que resistir una huelga de 5 días el año pasado y allí él demostró todo su poderío para intentar romper el sindicato. Su capacidad financiera es muy fuerte y nosotros entendimos esa lucha no solamente en defensa de los periodistas sino también en defensa del pluralismo de los medios», aseguró.
Por último, Descottes sostuvo que a las expresiones de la extrema derecha y a quienes pretenden revivir ideas fascistas, se les deberá poner el freno con más militancia, más política y fortaleciendo el internacionalismo entre los sindicatos. «Tenemos que estar más conectados, más fuertes, más solidarios, para enfrentar a estos movimientos», sentenció.