En este mundo todos tienen alguna historia que contar

Viernes, 10 Mayo 2019 11:59
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Rubén Olivera dice tanto con sus silencios como con sus palabras, siempre justas, precisas, cuidadas, elegidas con sutil perfección. La música está a resguardo de inclemencias temporales con su trabajo curador y la memoria respira justicia con su paso por el tiempo. Su voz imprescindible nos habla de justicia y de futuro, de mirarnos en el espejo para reconocernos como sociedad, con las arrugas propias del dolor y el amor acumulados.

Cada 20 de mayo es siempre para Rubén Olivera. Acaso porque los otros días no son ajenos al dolor para quienes están rotos de ausencia secuestrada. “Una cosa son los dolores y alegrías del ser humano como protagonista y otra es cuando se logra tomar distancia para mirar en contextos más amplios cuando se perciben como episodios de algo mayor, cuando pensamos la visión política de la vida, con el ser humano intentando cambiar, moldear una sociedad humanizada y las fuerzas que reaccionan contra eso”. Olivera recibió al Portal del PIT-CNT en las oficinas del Centro Nacional  de Documentación Lauro Ayestarán (CDM) entre libros, partituras, grabaciones y ficheros que conservan materiales del archivo del gran musicólogo adquiridos por el Estado uruguayo. El músico, docente, autor y comunicador, se desempeña como  secretario ejecutivo del CDM, continuando la obra de su amigo fallecido en 2017, el musicólogo Coriún Aharonián, quien fue además investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores del Uruguay.

“Soy de la generación que empezó a militar –años más, años menos- en la década del 60, esa que se vino como una tromba cargada de expectativas de cambio. En el plano de la cultura artística y específicamente en la música que era mi opción, intentó diferenciarse de la potente música argentina que llegaba con mucha fuerza acá, con la búsqueda de un tronco uruguayo y al mismo tiempo, con la fuerza de la expresión más politizada. Así fue que la música uruguaya en esa década de diferenció y se politizó. Así tuvimos a todos los grandes maestros -de la canción de propuesta como decía Daniel Viglietti- en el texto y en la música, en los dos lenguajes. Fue una generación maravillosa de búsqueda, así como la música toda es maravillosa, tuvimos aquí en los años 60 una conjunción de un público que reclamaba algo a la música y la música que estuvo a la altura con lo que reclamaba ese público politizado. Y no fue solamente una música de acompañamiento circunstancial sino que estuvo llena de hallazgos estéticos y lenguajes que se encontraron. Después de ese acompañamiento a la épica del momento, a partir de 1985 aproximadamente vino una segunda etapa un poco más confusa por aquello que el enemigo pasó a ser más difuso, y vino la mezcla de seguir buscando esa nueva sociedad pero a la vez con el protagonismo de la memoria sobre lo que ocurrió. Y si miramos un poco más en perspectiva, vemos que el mundo comenzó a hablar en clave de derechos humanos”. A partir de entonces y cargando las secuelas que dejó la dictadura, se comenzó a recorrer el camino de la memoria, verdad, justicia y nunca más. “Las consignas de los inicios hasta la de esta 24º Marcha del Silencio no han cambiado mucho, se sigue reclamando contra la impunidad, se sigue intentando explicar y volver a explicar. En casi todos los años, en los días previos a cada marcha ha habido episodios grotescos, ahora aparece (José) Gavazzo pero en otras ocasiones fueron otros sucesos, siempre aparece algo” recordó.

La mirada generacional

Olivera piensa que la construcción de la memoria y el reclamo por verdad y justicia, debe trascender las fechas puntuales. “A veces cuando los temas se reducen a un día resulta más sencillo poder abordarlos, el 1º de mayo, el 8 de marzo, son días simbólicos de reivindicación muy visibles pero el problema está en los otros días, cómo lograr sostener esa búsqueda porque en definitiva todo esto se sustenta en la medida que exista el apoyo popular. Ahora estamos en un momento en el que la derecha está volviendo a los gobiernos, y los gobiernos de izquierda han obtenido resultados a medias, incluso a veces maquillan la realidad y cuando no lograron cambios de fondo eso les compromete su propio futuro”. En cuanto al recambio generacional y la continuación del trabajo por la memoria, verdad y justicia desde la perspectiva artística, Olivera recordó que la canción más politizada no es la que necesariamente habla de temas sociales, mientras se haga buen arte, eso ya es subversivo. Cuando yo visitaba al Choncho (Jorge Lazaroff) en el hospital me decía que teníamos que volver al panfleto (risas) y dar menos vueltas para decir ciertas cosas. En definitiva lo que creo es que habría que estudiar cuál es el contexto social que promueve que haya una masa grande de jóvenes que acceda a la militancia, incluidos los terrenos artísticos, porque si miramos hacia atrás uno a veces no sabe bien si los  grandes referentes nuestros eran músicos que hacían militancia o militantes que hacían música porque para ellos era natural hacer una canción de texto romántico o una sobre las cosas que estaban pasando, Ahora todos estamos más entretenidos, en un mundo duro, que genera ilusiones y que precisa de fantasías para sobrevivir, nos entretienen pero desde la cultura tenemos que dar esa batalla. En mis clases siempre digo que hay músicas que tienen a la atención y otras a la distensión, pero el ser humano también necesita distensión porque nadie puede vivir en una situación de vigilia permanente y a veces cuando no hay salidas políticas claras para ver hacia dónde se puede encaminar esa tensión es más fácil tomar ciertos rumbos, por eso es importante -como dicen colegas y amigos- ir generando insumos alternativos. Hay que seguir generando visiones críticas, análisis, insumos. Por ejemplo el país no se puede permitir el lujo de no conocer a Lauro Ayestarán por eso es importante el trabajo que podamos realizar aquí generando alternativas”.   

Familiares

“Cada 20 de mayo vamos en silencio, los familiares no tomamos los carteles de nuestro familiar, simbólicamente tomamos otro porque todos son nuestros hermanos, nuestros parientes, cumplimos con recogimiento ese momento, alegrándonos por la cantidad de jóvenes que cada año se incorporan y van a marchar en silencio y el 21 de mayo la historia sigue, hay que seguir intentando. Asumiendo incluso la existencia de esa retórica perversa que habla este o aquel otro y dan un dato suelto; esa realidad que está tan escondida y tan presente como en las más de 100 personas que todavía están enterradas en algún lado de Uruguay, mientras hay un montón de gente que sabe y no abre la boca”.  

Gavazzo

“Los que estamos en esto, hemos venido siguiendo declaraciones y  contradicciones. Esto (que sostuvo José Nino Gavazzo en la entrevista del diario El País) que en todas las guerras se torturó ya se lo había dicho a una periodista Iván Paulós a la salida de la dictadura. Los militares empezaron procesando por vilipendio a la moral de las Fuerzas Armadas, siguieron luego diciendo que era verdad pero que (los delitos) estaban prescriptos o diciendo que iban a defender a la familia militar porque habían recibido órdenes y terminaron diciendo que los que habían sido (responsables) ya  no estaban, es decir, fuimos siguiendo todos los cambios de discurso, hasta el propio Gavazzo cuando incluí su voz en el espectáculo Memoria para armar, leyendo un parte de la época sobre el primer vuelo y diciendo una sarta de mentiras” recordó. “Ese tipo de discursos no sorprenden” aseguró. Olivera citó a Jean Lartéguy cuando escribió sobre el sistema que llamaba a sus mercenarios para realizar el trabajo sucio para luego negar los hechos. “Todo está dominado por un sistema capitalista que tiende a cambiar sus políticas para mantener sus ganancias y la estructura de dominación y esa es la verdad macro. A lo largo de la historia hay gente que se alinea para defender eso y hay gente que lo combate, por eso hay que vivir cada momento del tiempo pero tratando de mantener la mirada crítica y la distancia para comprender que somos parte de un proceso, para poder lograr seguir generando insumos en el lugar que nos tocó, por aquello que cantaba Numa (Moraes) que para morirme con mi pena más vale me muriera en rebeldía”.     

Modificado por última vez en Viernes, 10 Mayo 2019 13:27
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