Transformar la realidad para revertir la "desindustrialización"

Miércoles, 03 Abril 2024 21:57
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El director ejecutivo del Sindicato Metalúrgicos del ABC y representante de la CUT en el Consejo Nacional de Desarrollo Industrial de Brasil, Aroaldo Oliveira Da Silva, manifestó en Montevideo que es necesario invertir la lógica de la discusión sobre política industrial y adoptar una perspectiva centrada en las demandas de la sociedad, organizando las cadenas productivas en función de ellas.

Este miércoles 3 de abril se llevó a cabo la presentación del proyecto “Saberes en Acción: una nueva perspectiva del trabajo y la productividad”. La iniciativa, que tiene previsto capacitar a 1,500 trabajadores de diversos sectores industriales, tiene como objetivo consolidar el empleo mediante el fortalecimiento de competencias organizacionales. La presentación de la iniciativa estuvo a cargo del director del Instituto Cuesta Duarte, Milton Castellano; la magíster en Sociología y docente de la Universidad de la República (UDELAR), Mariana Mendy; y el presidente de la Confederación de Sindicatos Industriales (CSI), Danilo Dárdano.

Con posterioridad, se llevó a cabo el panel titulado “Los desafíos del desarrollo industrial y el abordaje de la productividad”, instancia que contó con la disertación de Aroaldo Oliveira Da Silva, director ejecutivo del Sindicato Metalúrgicos del ABC y representante de la CUT en el Consejo Nacional de Desarrollo Industrial de Brasil. También participaron: el ex ministro de Industria Energía y Minería, Roberto Kreimerman; Lucía Pittaluga, investigadora de la UDELAR y docente de la UTEC; y Marcelo Abdala, presidente del PIT-CNT.

Oliveira Da Silva se refirió inicialmente a la necesidad de pensar en un desarrollo productivo vinculado con el desarrollo tecnológico y social. En tal sentido, aseguró que en Brasil se está discutiendo una nueva política a partir de las demandas sociales. “La industria como un medio para el desarrollo económico, tecnológico y social”.

“A partir de las demandas de la sociedad, pensamos en la organización de las cadenas de valor y la industria está dentro de ese desarrollo. Por ello, estamos impulsando el crecimiento de la industria, respondiendo a las necesidades de la sociedad e involucrando a otros sectores de la economía”, expresó.

Oliveira Da Silva comentó que el movimiento sindical brasileño lanzó una propuesta denominada Plan Industria 10+ sobre el desarrollo productivo, tecnológico y social, pensando en el futuro de la industria para la próxima década.

Dijo que durante la pandemia en Brasil aumentó el número de millonarios y más aún el número de personas pobres, por lo cual el primer objetivo es lograr disminuir las desigualdades en el mercado de trabajo.

El dirigente sindical brasileño agregó que la política industrial debe apuntar a revertir el proceso de “desindustrialización”, con la generación de trabajo decente y una contribución decisiva a la mejora de la calidad de vida de la población. En tal sentido, se refirió a algunas metas para lograr tales objetivos.

Manifestó que se deben generar empleos de calidad, con políticas que reduzcan las desigualdades en el mercado laboral, y garantizar un proceso consistente de innovación y modernización tecnológica comprendiendo la actual revolución para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y las condiciones de trabajo, y reducir la jornada laboral.

Asimismo, expresó que es imperativo satisfacer las necesidades fundamentales de la sociedad brasileña. Agregó que se ha optado por invertir la lógica de la discusión sobre política industrial. “En lugar de enfocarnos en sectores específicos, como la producción de más automóviles, camiones u ómnibus, debemos discutir cómo abordar el tema de la movilidad en las ciudades, ya que simplemente producir más vehículos no garantiza que habrá recursos suficientes para comprar esos vehículos”, señaló.

En 2013, Brasil producía casi 4 millones de vehículos, mientras que hoy la producción nacional es de 2 millones. “Si se sigue la lógica de simplemente aumentar la producción de vehículos para mejorar la productividad de las empresas y modernizarlas, es importante tener en cuenta que, cuando la producción disminuya, se perderán puestos de trabajo. Por eso, es necesario invertir esa lógica y adoptar una perspectiva centrada en las demandas de la sociedad, organizando las cadenas productivas en función de ellas. Por lo tanto, no se trata simplemente de discutir sobre el sector automotriz, sino sobre la movilidad en general”, explicó.

Oliveira Da Silva señaló que otro aspecto importante es promover la sofisticación de las cadenas de valor productivas. “En 1975, La industria brasileña representaba el 35% del PIB, en la actualidad representa el 10% del producto. Mientras que de 2016 a 2021 en Brasil cerraron 300.000 fábricas, perdiéndose 1.5 millones de empleos industriales”.

Otro aspecto al que hizo mención se refiere a la necesidad de una política industrial alineada con la preservación del medio ambiente, con una transición justa para los trabajadores y las comunidades afectadas.

Dijo que se debe asegurar también la transparencia y el control social en las políticas públicas de la industria. “Es fundamental la participación social, darle voz a las personas, para que puedan participar en la construcción de las políticas sociales”.

“Universalizar las políticas de educación y formación profesional de calidad con participación de la sociedad"; así como también promover el desarrollo industrial regional, el desarrollo de las pequeñas empresas y las cooperativas que muchas veces no tienen la capacidad de dar el salto tecnológico necesario, son otros aspectos destacados en la propuesta.

A la vez, el dirigente sindical indicó que es importante que las políticas macroeconómicas y tributarias se encuentren alineadas con el desarrollo industrial y estén coordinadas con una política exterior de Estado soberana que promueva la industria nacional. “Es importante que la gente tenga influencia en la macroeconomía”.

La nueva industria de Brasil

Por otro lado se refirió a la política de “neoindustrialización” para reposicionar la industria en el centro de la estrategia nacional de desarrollo hasta el año 2033. Dijo que dicha política industrial debe estar orientada a una misión, es decir, guiada por la garantía de los derechos económicos y sociales.

Entre sus objetivos destacó la importancia de utilizar la industria como medio para superar los problemas económicos y sociales de la población y fortalecer la soberanía nacional. Mejorar la productividad y la competitividad nacional y reposicionar a Brasil en el comercio exterior, son otras de las metas establecidas.

El dirigente indicó que la política se organiza en torno a seis misiones amplias en las siguientes áreas: “Seguridad alimentaria, nutricional y energética (durante la pandemia, 115 millones de personas, de los 220 millones de habitantes de Brasil, no tenían garantizada tres comidas diarias y 40 millones no tenían una alimentación por día); ayudar a la producción familiar (porque el 70% de la comida que llega a los platos de los brasileños proviene de la mano de los pequeños productores).

Otros de los objetivos son: la salud, el bienestar en las ciudades (debido a la emigración del campo a las áreas metropolitanas; transformación digital (cómo las pequeñas empresas e industrias consiguen nuevas tecnologías); bieconomía (cómo se discute transición energética, la generación de empleos verdes, y descarbonizar el actual proceso productivo); y la tecnología de defensa y soberanía”.

Remarcó la importancia de apropiarse de la tecnología para mejorar la industria nacional. “En el norte de Brasil hay una base llamada El Centro Espacial de Alcántara, el punto más privilegiado del mundo para enviar satélites al espacio. Durante el gobierno de Jair Bolsonaro se dio la concesión de esa base a los Estados Unidos, porque los equipamientos que llegan vía aérea o marítima y que serán usados en esa base no pueden ser controlados por autoridades brasileñas”. 

Por otro lado, Oliveira Da Silva se refirió al financiamiento para la implementación de “Nueva Industria de Brasil”, organizado en el “Plan Más Producción”, que alcanza hasta 2026, los 300 mil millones de reales.

Los recursos serán administrados por Banco Nacional de desarrollo Económico y Social (BNDES), la Fundación de Innovación e Investigación (FINEP) y Empresa Brasileña de Investigación e Innovación (EMBRAPII).

Agregó que para crear nuevas tecnologías no se puede depender solamente de los países centrales. Los recursos se aplicarán centrándose en fomentar la innovación, el aumento de la productividad, garantizar la sostenibilidad e impulsar las exportaciones.

Principales acciones

Por otro lado, entre las acciones propuestas destacó “crear y formalizar el Foro Regional Permanente de la Industria; el Observatorio Regional de Datos; y Observatorios de Desarrollo Industrial”.

Otras acciones son: “el Proyecto de incubación de startups; talleres de capacitación; planes maestros adecuados en las ciudades destinados a la seguridad jurídica en las zonas industriales; organizar entornos regulatorios en las ciudades y fortalecer la política de acuerdos productivos locales”.

También mencionó el “Plan Regional de Movilidad” para orientar acciones; facilitar el crédito a emprendedores de la región con banca de desarrollo; crear políticas para proteger la industria brasileña (las importaciones perjudican la producción y la creación de empleo); proponer al gobierno federal invertir en fortalecer eslabones de las cadenas productivas”.

En otro orden, se refirió a la necesidad de “conectar” los sindicatos de la región, porque a su entender ello permitirá en América del Sur y América Latina, “influir todavía más en los gobiernos locales y traer una mirada de la necesidad de conexión”,

“Ni Brasil solo, ni ningún otro país va a conseguir tener todos los procesos productivos, tecnológicos dentro de su propio país. Es necesario pensar en esa complementación de los procesos productivos”, puntualizó Oliveira Da Silva.

Por su parte, el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, manifestó que el hecho de que la integración regional se haga realidad tiene que ver con que esté conectada la vida de la gente.

En tal sentido agregó que el trabajo es un aspecto central para que la integración pueda quedar conectada en la vida de la gente.

Manifestó que ello tiene que ver con la infraestructura común, la complementación productiva, el desarrollo simultáneo y con el tratamiento de las diferencias o las asimetrías existentes en la región.

Modificado por última vez en Miércoles, 03 Abril 2024 22:29
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