Sergio Sommaruga: "La violencia social y el aumento de la pobreza infantil son la demostración del carácter antipopular e insolidario de este gobierno"

Viernes, 19 Mayo 2023 21:07
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El secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza Privada (SINTEP), dijo que existe un fenómeno de "inmunización artificial" que opera a favor del gobierno ante los distintos escándalos que se han provocado en la presidencia de Lacalle Pou y la coalición de derecha. Según explicó el integrante del Secretariado Ejecutivo, Sergio Sommaruga, es imprescindible impugnar "con lucidez y contundencia" los episodios -como la asociación para delinquir que operaba en Torre Ejecutiva, la entrega de apartamentos a militantes de Cabildo Abierto que desató una crisis interna en el gobierno - porque de lo contrario, "la naturalización de conductas de esta índole es un camino rápido hacia el vale todo y en el vale todo, siempre ganan los poderosos". El docente y dirigente del SINTEP, analizó en diálogo con el Portal estos y otros tópicos de la realidad nacional, y particularmente se refirió a los escenarios posibles que se presentan para impugnar la reforma jubilatoria, dijo que "urge" detener el proyecto Neptuno y señaló que la crisis del agua potable "le está saliendo mucho más barata al gobierno que el costo que está produciendo en las vidas de las personas".

Tomando como insumo el informe Korzeniak y de acuerdo a tus consideraciones políticas, ¿Cuáles son los caminos posibles para revertir la reforma jubilatoria y qué puertas se abren a partir del intercambio con otros actores de la sociedad?

El informe elaborado por José Korzeniak es prolijo, compacto y esclarecedor. Era inconducente iniciar un debate sobre una enmienda constitucional para defender la seguridad social de la reforma jubilatoria que impuso el gobierno, sin antes haber dilucidado la pertinencia técnica del recurso. Ese paso era imprescindible. Ahora, sobre la base firme de la viabilidad de la opción plebiscitaria, se abre un debate netamente político-sindical sobre la caracterización del proceso y sobre los contenidos que debería tener una reforma constitucional. Sinceramente espero que sea un intercambio fermental, abierto y asertivo. Es una decisión en la que hay que escucharse mucho y pensar sin perjuicios, algo que está en vías de extinción, pero por lo que vale la pena seguir bregando.

A mi entender, por una profunda concepción de la independencia de clase, el primer paso es llegar a un acuerdo de contenidos dentro del movimiento sindical. Obviamente que esto no es para cerrar la discusión. Tener una definición propia es un imperativo de responsabilidad para salir luego a hablar y tender puentes con otras fuerzas. Porque es imprescindible hablar con todo el mundo, con vocación de construir acuerdos que potencien el apoyo popular a una acción de este tipo. Pero lo primero es tener un conjunto de definiciones propias que sirvan como una determinación de la voluntad del movimiento sindical. En lo personal, creo que si vamos a recurrir a la democracia directa debe ser para conseguir un cambio que de otro modo, no conseguiríamos. Y que en el caso de perder, no condicione negativamente a un próximo gobierno, en caso que tenga voluntad de cambiar la ley jubilatoria actual. Pensando programáticamente, me refiero a ir por una verdadera transformación de las bases existentes en materia de seguridad social. Una transformación que sirva para desarticular el avance neoliberal y para fortalecer el bien común y el espacio de lo público, por encima del poder financiero y extranjerizante. En ese plano y pensando en los contenidos, creo que debemos tomar como referencia principal las resoluciones de los Congresos del PIT-CNT sobre seguridad social. En ese camino, la eliminación del lucro de la seguridad social aparece como un contenido fundamental. Esta es una oportunidad histórica para recuperar para el espacio público los 1200 millones de dólares que anualmente detentan las AFAP y para repensar estratégicamente el papel del BPS en su dimensión como banco. ¿Por qué no imaginarse al BPS como prestamista del propio Estado para financiar las obras públicas que tanto necesita el país para resolver sus problemas de desarrollo humano y para dinamizar la creación de empleo? Si hoy las AFAP usan la plata de los trabajadores para comprar títulos de deuda al Estado y que luego éste le paga a las AFAP con intereses, ¿por qué no pensar en un BPS que invierta sus ingresos en el Estado y que luego éste se lo devuelva con intereses moderados para así ayudar a pagar mejores prestaciones solidarias? Otro contenido justo y de gran apoyo popularpara impulsar en una reforma, es la inclusión de una edad mínima no obligatoria de jubilación. En este caso se trata de recuperar los 5 años de retiro que este gobierno nos expropió y colocar como derecho el poder jubilarse a partir de los 60 años. Considero que estos dos contenidos deberían ser estructurantes en el debate que tenemos por delante sin desmedro de otros enfoques. Obviamente que hay muchos aspectos más para ver, de orden técnico e institucional, que tendrán que ser trabajados en una perspectiva de modernización popular de la seguridad social, pero que bien pueden ser encarados a nivel parlamentario en un próximo período, con un pueblo que demande con movilización y lucha.

Por último, quiero expresar la enorme gratificación que me produjo el trabajo de (José) Korzeniak, tanto por la solvencia técnica que aportó, como por su inagotable disposición a poner su lucidez al servicio de los trabajadores.

¿Cuál es tu lectura del actual escenario nacional, con la crisis del agua potable, la crisis del gobierno con renuncias y remociones y el impulso oficial a varias leyes que el movimiento sindical ha cuestionado duramente?

Estamos frente a un gobierno que no ha solucionado ninguno de los grandes temas del desarrollo humano y social. La gente no está viviendo mejor. 3 años después, tenemos una sociedad peor de la que recibieron cuando llegaron al Poder Ejecutivo. Miramos a nuestro alrededor y no vemos soluciones reales a los grandes problemas el país, que son las urgencias irresueltas de la gente de carne y hueso. La falta de trabajo civilizado es el principal drama y la amenaza más grande que se cierne sobre la sociedad. No es el único drama social, ciertamente, pero sin trabajo civilizado la sociedad se desordena, se caotiza y se acelera la espiral del deterioro y la violencia social. Este último problema, junto con el aumento de la pobreza infantil, son la demostración más contundente del carácter antipopular e insolidario de este gobierno. Ni las políticas públicas, ni la metáfora fantasiosa del mercado en la que tanto creen los defensores del capitalismo, han logrado romper uno solo de los candados que atrapan al pueblo uruguayo en su deriva social.

Cuando miras para adelante y te imaginas el Uruguay del futuro, siguiendo con esta hoja de ruta político-ideológica, ves el progresivo acrecentamiento de la desigualdad social, el fortalecimiento del poder factico del 1% más rico yuna sociedad con vínculos más violentos y naturalizados. ¿Te imaginas los problemas ambientales del Uruguay dentro de 50 años bajo un paradigma ideológico que supedita el bien común al bienestar del clima de negocios? Desarmar el paradigma ideológico con el que se vienen interpretando los grandes nudos del desarrollo social y humano, es el asunto estratégico más importante que tenemos entre manos para pensar otro Uruguay del futuro. Pero volviendo a los hechos más inmediatos, creo que los casos de corrupción que salpican al gobierno, como la trama Astesiano y los casos de clientelismo político, como el que tuvo como protagonista a Cabildo Abierto, entre otros tantos, son la manifestación de la peor cara de la política.

 

"La crisis del agua potable también le está saliendo mucho más barata que el costo que está produciendo en las vidas de las personas".

 

Usar el poder público para propio beneficio debe ser de las conductas mas desleales y desagradecidas hacia la gente. Sin embargo, son prácticas que, lamentablemente le salen mucho menos cara al gobierno del precio que tienen. Hay un fenómeno de inmunización artificial que opera a favor del gobierno ante todos estos escándalos que es imprescindible impugnar con lucidez y contundencia, porque la naturalización de conductas de esta índole es un camino rápido hacia el vale todo y en el vale todo siempre ganan los poderosos. No creo, por otra parte, que sea por la marea alta de casos de corrupción y de enojos recíprocos dentro de las fuerzas de la coalición que la misma se vaya a desmembrar. Es más probable que ingresen con más frecuencia en momentos de crisis de gobernabilidad que de existencia. Porque lo que los une es la necesidad del poder. Eso lo cohesiona fuertemente. El asunto esta en el daño que indirectamente le hacen al país con esas crisis de gobernabilidad interna, que sí creo que van a seguir ocurriendo y de forma recurrente.

Por último, la crisis del agua potable también le está saliendo mucho más barata que el costo que está produciendo en las vidas de las personas. Lo más preocupante del aumento de la salinidad del agua y la pérdida de su potabilidad son los riesgos sanitarios reales para muchas personas, con patologías renales, hipertensión, entre otras, pero también ha hecho encender las alarmas en muchos procesos productivos. Que, en un país como Uruguay, con riqueza hídrica, con poca población, con espalda crediticia y sobre todo con capacidades de producción de conocimiento instaladas a nivel institucional -UdelaR, el collar de instituciones dedicadas a la ciencia y tecnología, el propio Inumet, entre otros- no se haya trazado un plan estratégico para afrontar una circunstancia como esta es revelador de dos cosas: la incapacidad de pensar estratégicamente la política pública y el desgano por cuidar de la gente.

Para este gobierno todo pasa por dejar hacer al mercado. El mercado dispone y resuelve. Y ese camino nos trajo a este despeñadero. Es innegable que hay una sequía, pero detrás de la crisis del agua potable hay otros problemas no endosables a la naturaleza, tanto como al modelo de producción y de mercantilización de los recursos comunes.

Ahora, en la concreto, urge detener el proyecto Neptuno y la extranjerización de riquezas que supone, salir a pelear por el fortalecimiento de las empresas públicas, con una gestión moderna, eficiente y  cogestionada con los trabajadores, reclamar que OSE no cobre las tarifas y que el gobierno se haga cargo del control económico de todas las plantas de producción de agua envasada, al menos mientras dure la crisis y hasta que se estructuren soluciones duraderas para asegurarle a la población el acceso al agua potable. En ese marco, estamos convocando a la gran movilización social del próximo miércoles 24 de mayo, porque sin luchas no hay victorias.

¿Preocupa especialmente la embestida que pretende hacer retroceder los avances que se habían logrado en materia de Derechos Humanos?

El herrerismo es la combinación de dos fuerzas ideológicas con alto desgaste para la sociedad y para el ideal del bien común. Por un lado, la idea de que la sociedad es antes que otra cosa una fuerza económica autónoma, que debe dejarse dirigir por los cauces naturales que dictamine el mercado (metáfora del poder del gran capital). Esta fuerza ideológica se denomina así misma como liberal. Decirse liberal o mayordomo del 1% mas rico es algo que el mundo mismo convirtió en sinónimos. La otra fuerza ideológica que compone al herrerismo es la que encarna una visión dirigientista y controladora de la vida y de las personas. Este paternalismo conservador y arcaico es la que se da la mano con la idea de la mano invisible del mercado. Digamos que, para el herrerismo, como para todos los ultraliberalismos conservadores, una de las manos del poder es invisible y es del mercado, la otra mano del poder es de hierro y es del estado para controlar a las personas. 

La embestida que hay contra los derechos humanos tiene que ver con esa concepción ideológica. Están a favor de la libertad del mercado de bienes y servicios, pero no les convence la libertad de las mujeres a interrumpir el embarazo no deseado. Están a favor de la libertad de comercio de las empresas, pero le encanta la idea de usar el poder del gobierno para sacar de la cárcel a los terroristas de Estado. Creen en la libertad de movimiento del dinero, pero al momento de resolver sobre las libertades de los trabajadores para organizarse y reclamar por sus derechos, van corriendo a usar el poder del Estado para limitar el derecho de huelga y de negociación colectiva. El problema político que vemos un día si y otro también en el retroceso de los derechos humanos, no solo es un problema de gobierno. Se encarna en el gobierno, sí. Irrefutablemente. Pero el problema más profundo es ideológico. Y es ahí, donde a mi entender hay que dar una gran batalla también. Ellos la vienen dando y por eso no les tiembla la mano en ir contra cuestiones tan caras para la dignidad de este pueblo como la lucha contra el terrorismo de Estado. La batalla ideológica sigue siendo, al menos para quienes seguimos creyendo que si hay que cambiar el mundo, la madre de todas las batallas.

 

Modificado por última vez en Martes, 23 Mayo 2023 08:05
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