¿Decís que el Puerto no es para mujeres?

Miércoles, 01 Marzo 2023 19:15
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Cocineras, maquinistas, administrativas, archivólogas, abogadas, contadoras, bibliotecólogas, limpiadoras, operarias de grúas, gerentas, dragadoras, apuntadoras y más. Pero desde tiempos inmemoriales, en el imaginario colectivo se sigue sosteniendo que “el puerto es cosa de hombres”.

Jacqueline López trabaja en Katoen Natie, Terminal Cuenca del Plata. Ella es apuntadora de tierra, lo que implica el registro de los contenedores cuando bajan del barco, su ingreso al sistema, y como parte de su tarea, tiene que comprobar que dichos contenedores no presenten daños y chequear los correspondientes precintos, entre otras tareas.

Hace 15 años que trabaja en el Puerto de Montevideo y siempre quiso ser operaria de grúa, aunque por razones poco comprensibles, la empresa nunca habilitó que ella pasara a desempeñar esa tarea, por lo que hasta ahora, se ha mantenido como apuntadora. Ella explica que allá por 2008 y con buen respaldo del sindicato portuario, logró hacer oír su voz. “Eran años en los que los temas de género y equidad todavía no estaban sobre la mesa”, recuerda. Esto llevó a que tuviera que “enfrentar muchos comentarios como que el Puerto no era un lugar para una mujer, me preguntaban si estaba segura que quería y podría trabajar allí”, entre otras cosas. Pero el micromachismo llegó a lugares impensados. Hubo quienes apostaron sobre cuánto duraría “cuanto resistiría” en el puesto de trabajo. “Algunos apostaron a que no aguantaría ni un año”, recuerda. Sin embargo, los agoreros perdieron. Lleva 15 años y obviamente, va por más.

“El trabajo no es complicado, ni tampoco muy pesado, pero el clima sí es muy intenso ya que el muelle, tanto en invierno como en verano es duro. Eso se siente. Claramente no es lo mismo que estar trabajando dentro de una oficina con aire acondicionado”.

Jacqueline reconoce que desde 2008 a la fecha “cambiaron un poco las cabecitas”. Bastante contribuyó a esta transformación la aprobación de distintas normativas y protocolos a nivel parlamentario, laboral y también en el marco sindical. “Ha cambiado mucho todo pero nos falta mucho más. Por ejemplo, en materia de machismo o micromachismo, siguen existiendo comentarios hirientes, comentarios que se escuchan sobre el cuerpo de las trabajadoras o incluso sobre su estado de ánimo. Si una de nosotras está mal, por el motivo que sea, es posible seguir escuchando que ‘a esa le falta sexo’, ‘seguro se separó’, ‘está mal atendida’ o ‘está con el período’.

Según Jacqueline, esos comentarios antes eran moneda corriente. Ahora no tanto. Y ahora además, existen protocolos. Pero el machismo es permeable incluso a las buenas intenciones. “Hay compañeros que te dicen que no niegan que vos puedas hacer una tarea pero te piden que no la hagas ‘para cuidarte’. Te lo dicen bien, pero no se dan cuenta que no necesitamos que nos cuiden, para eso están nuestra familia y nuestros afectos, lo que necesitamos es poder trabajar y que nos respeten nuestro lugar”.

El SUPRA y sus matices

Jacqueline está convencida que el hecho que Vanessa Peirano, una mujer joven, haya ocupado la presidencia del SUPRA “no debería sorprender a nadie, primero por sus condiciones, por su capacidad, pero además porque más allá del entorno machista del Puerto, el SUPRA es de los primeros sindicatos que ha demostrado en los hechos tener una mirada abierta en la temática de género. Hemos tenido nuestra presidenta mujer pero además, hemos sido un sindicato pionero en contar con un Secretariado integrado con equidad y tenemos un equipo multidisciplinario que atiende y procesa las denuncias que llegan al Secretariado”.

El SUPRA está compuesto por sindicatos de base de más de 43 empresas y allí se incluyen tanto el ámbito público como el privado. “Las diferencias entre las distintas empresas no ha sido un problema a la hora de trabajar sindicalmente y se ha podido formar el secretariado de equidad, el equipo multidisciplinario y crear un protocolo para actuar en distintas situaciones”.

Jacqueline López es madre de tres hijos: dos varones y una hija que estudia Trabajo Social y casi todos los 8M, concurren juntos en modo núcleo familiar a la marcha del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. “El próximo 8M paramos y marchamos, allí estaremos como siempre”, sentenció.

 

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