La hazaña por dentro: «A la altura de la historia»

En el día señalado por los plazos legales pero también por la historia, la Comisión Nacional Pro Referéndum presentó ante la Corte Electoral 797.261 firmas. Unas cuantas más que las anunciadas más temprano en la sede del PIT-CNT por el presidente de la central sindical, cuando informó en la conferencia de prensa que se habían alcanzado 763.443.

Minutos antes que partiera la caravana desde el PIT-CNT, llegó hasta la sede sindical la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, quien se estrechó en un cálido abrazo con Fernando Pereira, como así también con los intendentes de Canelones, Yamandú Orsi y de Salto, Andrés Lima.

Rodeados por un par de millares de personas que cantaban «el pueblo unido jamás será vencido», las firmas se fueron cargando en el camión que encabezó la caravana rumbo a la Corte Electoral.

Marcelo Abdala y Fernando Pereira, fueron saludados a su paso por la principal avenida, por cientos o tal vez miles de personas que aguardaron la caravana a lo largo de 18 de julio, pero  especialmente en las plazas de los Treinta y Tres (comúnmente denominada plaza de los Bomberos), Eduardo Fabini (del Entrevero) y la Plaza Independencia. Hubo llantos, agradecimientos, familias con hijos pequeños que seguramente con el paso de los años contarán que fueron testigos de un momento emblemático de la historia.

Al llegar a la Corte, hubo que esperar y reorganizar los planes. Es que la gente se agolpó en las afueras del edificio de la Corte y eso atrasó el operativo. Cuando finalmente pudieron bajar las primeras cajas para ingresarlas mediante una «cadena humana» al organismo electoral, la gente explotó en aplausos y se la Ciudad Vieja se  llenó de cantos de resistencia. Había bronca acumulada. Por distintos motivos. Distintas voces de militantes hicieron sentir su disgusto por lo que definieron como el «ninguneo generalizado» de la mayoría de los medios nacionales de comunicación sobre la campaña e incluso sobre los contenidos de la LUC. «Están pasados de vivos, a ver si ahora ignoran la recolección de firmas, a ver si ahora pueden tapar casi 800.000 firmas». La  joven estaba tan molesta como casi todos quienes se encontraban a su alrededor, que la aplaudieron al término de sus breves declaraciones al Portal del PIT-CNT.

Mientras unos cuantos brazos militantes continuaban bajando y trasladando las cajas con las firmas, algunos dirigentes del movimiento sindical optaron por bajar el perfil, y apartarse unos metros del centro de atención de las cámaras. El secretario general del PIT-CNT fue uno de ellos. Marcelo  Abdala por un buen rato se separó del lugar y fue en busca de su familia. Traspasó las barreras de contención de la seguridad, y se mezcló entre la gente a un costado de la vereda.  Algo similar hizo el Secretario de Organización del PIT-CNT, el integrante del Secretariado Ejecutivo y miembro de la FTIL, Enrique Méndez, quien no optó por participar desde un costado, también fuera del perímetro en el que se encontraban la mayoría de los dirigentes. «Perfil bajo, nuestro trabajo fue en territorio, ahora la miramos desde acá», dijo Méndez con la satisfacción del deber cumplido. Algunos de los militantes del movimiento sindical que sostuvieron puestos de recolección de firmas en enclaves de la ciudad o aquellos que tuvieron responsabilidad de organización y logística, hoy estaban absolutamente agotados. La confirmación de la impactante cifra alcanzada fue lo que les permitió aflojar tensiones y cansancio acumulado. Extenuados, con ojeras inocultables y párpados que se les caían encima después de meses de militancia sin pausa y sin tregua.   

Mientras tanto, el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, se abrió paso saludando a casi todos los dirigentes del PIT-CNT que pudo: Gabriel Molina, Fernando Gambera, Martín Pereira, Abigail Puig , Fernando Ferreira, Tamara García, Fernanda Aguirre, Sergio Sommaruga, José Olivera, entre otros tantos con quienes se cruzó rumbo al camión para recibir una de las cajas con firmas. Por allí se vio otro saludo simbólico entre Rafael Michelini y Mario Bergara, minutos antes que llegara Carolina Cosse a la Corte Electoral y también levantara una de las cajas en la puerta del organismo electoral.

Los aplausos, cánticos y saludos se sucedieron durante el operativo de ingreso de las firmas a la Corte Electoral. Llegaron los tambores y la fiesta fue completa. También hubo espacio para algún cántico destinado al Presidente de la República «que lo  mira por TV», pero en general, el tono fue de celebración y agradecimiento. Hubo muchos gritos al unísono de «Uruguay, Uruguay» y «¡Viva la clase trabajadora!».

Todos coincidieron que hoy era el día de la celebración y mañana será hora de pensar lo que vendrá.