"Mucha cadena oficial pero la realidad está en los barrios"
Las cifras son impactantes. El colectivo de sindicatos y manos solidarias nucleados en la olla sindical y popular "Contagiando Solidaridad" lleva entregadas más de 40 mil viandas de comida. Diariamente se elaboran 1200 viandas que se llevan a distintas ollas barriales, núcleos pequeños y medianos de gente que necesita la solidaridad histórica del movimiento sindical y estudiantil. También hay muchas que se entregan casa a casa porque se detectó que mucha gente estaba imposibilitada de trasladarse o dejar a sus hijos pequeños solos. Y allí van militantes puerta a puerta. Día tras día.
Son 16 organizaciones que coordinan y despliegan un trabajo colectivo solidario que no sabe de pausas: AFINCO, ATEC, SINTEP, ATSS, COVISUATT V, SUGHU, APMU, SUATT, SAG, AFPU, AUTE, CEIPA, CEM, UF, COVIUSOL y UFC.
Santiago pertenece a la Unión de Funcionarios del Codicen (UFC) y es uno de los tantos jóvenes que hacen "todo lo que haya que hacer". No hay problemas ni andan con muchas vueltas. "Hacemos lo que nos toque". Para Santiago, además de llevar las viandas por los barrios es importante charlar con la gente. Dejar un volante, hablar de las políticas económicas del gobierno en clave de barrio. "La gente sabe mejor que nadie lo que es esta crisis y lo que están viviendo sus familias en cada casa".
Es mediodía, la cocina vive su hora más intensa del día y mientras tanto, el bellísimo espacio abierto de AUTE hacia los fondos de la casona, sirve para una rueda a distancia de reflexión sobre el país, la actual coyuntura y la histórica solidaridad sindical, la gente común, los de siempre.
Santiago dice que valora muchísimo las redes solidarias de la gente para poder salir de esta situación actual. "Se trata de darle algo, lo que podamos, a los que menos tienen". Pero más allá de la energía contagiosa que se respira entre tanta mano fraterna, Santiago siente que esto no debería ser así. "Nos duele ver que gente de 70 o más años, que son población de riesgo, tienen que caminar muchas cuadras para llegar a tener un plato de comida. Por eso fuimos viendo que en muchos casos teníamos que encontrar la forma de llegar nosotros hasta ellos y así fue que los compañeros del SUATT pusieron su esfuerzo y llevan viandas a quienes se les dificulta trasladarse".
Damián es integrante del Sindicato del Taxi. No es el único que sale a repartir. "Somos varios del sindicato, hay de cooperativas y también algunos sindicatos ponen algún vehículo para dar una mano y salir a distribuir". Por su experiencia, los trabajadores del taxi como Damián son los que arman la ruta en la zona.
Romina pertenece al Centro de Estudiantes del IPA (CEIPA) y es una de las tantas estudiantes que hacen de todo en las distintas etapas de la elaboración de las viandas. Ella asegura que las tareas se reparten de manera paritaria y que no hay machismo en esa olla.
No solamente hay que clasificar alimentos, lavar, pelar, cortar, procesar, cocinar, embalar y repartir, sino que hay que informar.
"Salimos de barriada con compañeros y compañeras del Centro de Estudiantes de Magisterio (CEM) para contarle al barrio por qué está la olla, consultarles si quieren colaborar o participar. Es mucha la difusión que hacemos porque creemos que eso también es importante".
Romina se crió en una casa donde la militancia estuvo presente y recuerda que de chica escuchó hablar del emblema "Obreros y Estudiantes, Unidos y Adelante".
"Eso es una síntesis que se refleja ahora más que nunca. El intercambio con todos los compañeros, poder ver lo que vive cada uno de los sindicatos, es una experiencia tremenda que por ahí, el estudiantado no lo tiene tan cerca. Pero en circunstancias como ésta, es cuando uno lo puede ver mucho mejor".
Duele el dolor
Para Santiago, la situación de miles de trabajadores precarizados no puede quedar sin atender. "Tenemos casi medio millón de trabajadores precarizados, o bien porque se quedaron sin trabajo o sin la posibilidad de generar un jornal diario; sumado a los ya casi 200 mil que están en el seguro de paro. Es una situación que nos preocupa y nos ocupa, por eso además de esta red solidaria que son las ollas populares estamos en una situación de lucha contra un ajuste brutal que se está dando por parte del gobierno y en defensa de la plataforma del movimiento sindical y la Intersocial".
Mientras dura la charla, otros militantes, otras voces se van arrimando, pasan, escuchan y asienten en apoyo a las reflexiones de los que fueron elegidos para charlar en nombre de muchos. Alguno arriesga un "bien ahí", otra voz al pasar asegura que "hay que luchar" y desde lejos alguien dice que este gobierno es insensible. "No les importa nada", dispara desde un costado.
Damián está a punto de salir a repartir viandas. Nuestra presencia ya empieza a ser un estorbo. Pero siempre hay un espacio más para reflexionar sobre los tiempos duros que se viven y más aún, en relación a los que se avecinan.
"Lo de las tarifas no se puede creer. A todo lo que ya está viviendo la gente que se ha quedado sin trabajo, las subas de precios, nos aumentaron las tarifas. A la gente no solamente se le complica para tener el plato de comida sobre la mesa sino para enfrentar todo lo otro que trae este gobierno".
Una de las cosas que más le impacta a Romina es "ver a tanta gente como con vergüenza" por tener que recibir un plato de comida porque no pueden alimentar a su familia que te dicen 'yo soy trabajador, se me cayó todo, mi vida, no puedo creer tener que estarles pidiendo un plato de comida' y esa sensación es horrible, es darte cuenta que eran trabajadores que la crisis los llevó a esta instancia. Eso es realmente muy impactante".
Las lucecitas de los de abajo
Santiago rescata también las luces que se van encendiendo en este camino. "También tenemos compañeros, que vinieron a comer un día y hoy están trabajando y militando en la olla como un compañero o compañera más. Se recuperaron un poquito y lo primero que hicieron fue venir a trabajar acá a la olla todos los días. Y eso también es importante porque esa es la solidaridad de los de abajo, que se practica entre el pueblo y se hace carne".
Según contaron Santiago, Romina y Damián al Portal, hay gente que va a la olla a buscar su vianda pero lleva un paquete de fideos para aportar algo. "Han traído medio paquete, abierto, pero para nosotros es un orgullo que alguien traiga lo poquito que tiene y que sabemos bien que le falta. Por eso decimos que la olla contagia solidaridad". Y también están los que recibían la vianda todos los días, de pronto consiguieron una changuita y llaman para decirles: 'muchachos, se me empezaron a acomodar las cosas, vengan que hoy soy yo el que tiene algo para dar'.
Cadenas de TV
Santiago es muy crítico del relato oficial de los grandes medios y detesta que le hablen de las perillas del Presidente.
"Mirá, acá como dice la consigna, 'solo el pueblo salva al pueblo' y es así, la gente cuenta solamente con las redes de solidaridad. Acá no está ni el Ejército, ni las iglesias en el barrio ayudando a la gente que menos tiene. Están los trabajadores organizados en los sindicatos, en todos lados y el pueblo que se da su forma de organización en este momento. La realidad está acá, está en la cancha, está en los barrios, en la gente que la está pasando mal, en los compañeros que están en el seguro de paro y se están quedando sin trabajo. Mucha cadena oficial pero la realidad está acá abajo, en los barrios".
La visita a la olla popular "Contagiando Solidaridad" terminó con una charla intensa, profunda con tres militantes, llenos de energía, llenos de vida, llenos de magia. Hablaron en nombre de tanta gente que ni se imaginan.
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