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Día internacional de la mujer rural: “A las mujeres nadie nos regaló nada”

María Flores, presidenta del Sindicato Único de Trabajadores del Tambo y Afines (Sutta) y dirigente de la Unatra (Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines) dijo al Portal del PIT-CNT que la mujer rural “merece un reconocimiento mucho mayor que el que se le está haciendo” en la actualidad. Asimismo, fustigó la poca visibilidad que se le da al trabajo de las mujeres rurales dentro y fuera del ámbito sindical.

Con motivo de la celebración del Día internacional de la mujer rural, el 15 de octubre, María Flores explicó en diálogo con el Portal la realidad que viven las trabajadoras en un contexto de mayor participación pero menos reconocimiento.

La mujer rural hoy en día merece un reconocimiento mucho mayor del que se le está haciendo, se debería hablar de ella en todos los lugares porque realmente es la fuerza que mueve al país. Las trabajadores rurales son una fuerza viva, tanto en el tambo como en la naranja, como en muchos otros rubros porque cada día han ganado más espacios”.

Flores aseguró que la mano de obra femenina, “se precisa mucho más por su reconocida prolijidad y el cuidado de los detalles, por ejemplo en los arándanos hay muchas más mujeres trabajando así como también en la cosecha de frutillas, especialmente por el trato hacia el fruto, es por ello que prefieren mucho más mujeres”.

En relación a los Consejos de Salarios, la dirigente sostuvo que han tenido que batallar duro. “A las mujeres nada nos ha sido regalado. Todo lo que tenemos, tanto dentro del movimiento sindical como afuera, lo hemos luchado y lo hemos peleado para conseguir. Cada pasito ha costado mucho conseguirlo”.

En este sentido, Flores recordó que incluso en el reconocimiento de los derechos aquiridos han existido diferencias en los tiempos históricos que han tenido que transcurrir hombres y mujeres.

Para nosotras todo es mucho más lento en los procesos, tanto cívicos como en lo que hemos logrado, ha sido mucho más lento que lo normal que en cualquier otro rubro”. Asimismo, sostuvo que mientras “cualquier sector de la industria accede a un seguro de desempleo con 150 jornales, el trabajador rural es el único que accede recién en 250 jornales a un seguro de desempleo. Casi el doble que cualquier trabajador de industria.

También es el único trabajador que no percibe antigüedad -de acuerdo a un estudio del Instituto Cuesta Duarte- el que ha quedado relegado en el tiempo por el rubro de antigüedad ha sido el trabajador rural. En los Consejos de Salarios se nos ha negado consecutivamente la antigüedad. No puede ser que una trabajadora que ingresa como aprendiz a cualquier rubro del área rural pase diez años y siga como aprendiz, porque realmente, en diez años algo aprendimos”.

Empero, aún con este contexto crítico que describe Flores, destacó el espíritu emprendedor y la mirada constructiva hacia el futuro. “Tenemos la capacidad de renacer de nuestras cenizas como el Ave Fénix y de volver a luchar cada día”.

Hacia adentro también

Las mujeres rurales se organizan de distintas formas en cada rubro laboral en el que desempeñan sus tareas. “La organización es la que cada sindicato tiene y eso depende de sus mujeres. Hay sindicatos en que mayoritariamente son mujeres, pero cuando llegamos a la realidad de la participación, mayoritariamente todos en el rubro rural son hombres. Cuesta entender cómo nuestros compañeros rurales aún les cuesta visibilizar el fruto que da una mujer y la labor que tiene esa mujer.

La mujer no llegó del tambo ni de la cosecha de arrancar naranjas a su casa, se sacó las botas y se sentó, no, no es así, ella sigue con sus hijos, inclusive la que le apronta el mate al esposo para que se lo tome delante de la estufa o para que esté ahí descansando un rato mientras ella su labor sigue. Por ello es importantísimo que se visibilice a la mujer” concluyó.